El municipio de Lloret de mar, en la Costa Brava, ha diseñado un plan turístico de cinco años en el que invertirá un total de 7,5 millones de euros, a razón de 1,5 anuales, para combatir su imagen de destino de borrachera y atraer un turismo más familiar, deportivo y cultural. La Generalitat, el Ayuntamiento, la Mesa Empresarial de Turismo y la Diputación de Girona han aunado esfuerzos en un Plan Operativo que empezó en 2015 y terminará en 2020, para reconfigurar urbanísticamente el destino y enfocar las promociones a visitantes con intereses culturales y mayor poder adquisitivo.La tarea es harto complicada, tanto que el anterior encargado, el concejal de Turismo Joan Gou, dimitió al considerar que no era posible cambiar el modelo tras un año de vigencia del plan. No obstante, los datos de 2015 muestran que en tres años los viajes en familia han aumentado en diez puntos, y que ya son el 18% del total. Actualmente Lloret recibe a 1,2 millones de visitantes al año que buscan diversión y turismo de sol y playa