En San Cugat del Vallès, Barcelona, han incorporado semáforos especiales para los adictos al móvil que no levantan la mirada ni siquiera para cruzar las calles. El sistema funciona a través de luces LED, puestas a lo largo de los pasos de cebra, que solo se encienden cuando el semáforo está en rojo. La medida, que ha costado 5.000 euros ya había sido llevada a cabo por Elche, en Alicante, y por otras ciudades europeas como Augsburgo, en Alemania, supone una solución a los numerosos accidentes provocados por peatones distraídos con sus smartphones