El fundador de Cabify, Juan de Antonio, acudió a la 33º Reunió Cercle d’Economia en Sitges y defendió una nueva regulación para el modelo de negocio de su compañía.

De Antonio recuerda que en Sao Paulo (Brasil) o Montevideo (Uruguay) funcionan los modelos de licencia por minuto, es decir, empresas pagan un impuesto a la ciudad por el tiempo que se recorren con las plataformas. 

Para el fundador, lo más importante es garantizar la seguridad de los conductores y establecer un marco normativo. Argentina es el país donde más trabas se han encontrado junto con España, donde un cabify paga al trimestre más de 1.800 euros en impuestos, lo que supone 10 veces más que lo que paga un taxi. 

Entre sus objetivos está seguir creciendo en España, Portugal y Latinoamérica, pero no para reemplazar al taxi sino al vehículo particular con el fin de hacer las ciudades más habitables. Además, también quieren operar el Bicing y contar con una flota de motos eléctricas. 

La empresa creció este año en facturación un 600% y ha pasado de ser 150 personas a tener 1.800 oficinas en un gran número de países del mundo. De Antonio no da cifras exactas de negocio porque “estamos en un mercado muy competitivo” en el que los “competidores son muy agresivos”.  Ante esto, sostiene que el regulador debería evitar los monopolios. 

En cuanto a los conductores, dependiendo del país y la ciudad, ganan entre 1.000 y 2.000 euros al mes. Por el momento, están trabajando para alcanzar un convenio colectivo para conseguir protegerles, aunque la legislación actual, según sus palabras, “no nos facilita las cosas”.