Egipto está volcado en la renovación de una de sus principales regiones turísticas: el Mar Rojo. Además de ampliar las carreteras y aeropuertos del destino, está inmerso en la protección del medio ambiente. “No necesitamos aeropuertos, hoteles y restaurantes si no preservamos la naturaleza. Este es nuestro mayor tesoro”, manifestó al respecto el gobernador de la región, Ahmed Abdullah.

Según ha informado Touristik-Aktuell, uno de los objetivos del destino consiste en tener un aeropuerto cada 200 kilómetros a lo largo de la costa. “Queremos que los tiempos de traslado de nuestros turistas sean lo más cortos posible”, aseguró Abdullah.

Recientemente, se inauguró la nueva terminal del Aeropuerto Internacional Hurghada. Ahora, se está trabajando en la ampliación del aeropuerto del sur de Marsa Alam. Asimismo, se espera que el nuevo Aeropuerto de Berenice abra sus puertas este año. Por su parte, el nuevo aeródromo Sphinx, en El Cairo, ya ha sido inaugurado.

Esta última terminal se encuentra próxima al nuevo Museo Egipcio, cuya inauguración está prevista para finales de 2020 y se espera que impulse la industria turística en la capital del país de los faraones.

En cuanto a la apuesta sostenible del Mar Rojo, Abdullah ha abogado por la construcción de plantas solares, así como por la lucha contra el plástico. De hecho, el Gobierno egipcio ha lanzado una campaña contra el uso de plásticos desechables en el destino, junto con la colaboración de la Asociación de Protección y Conservación Ambiental de Hurgada (HEPCA). La iniciativa también cuenta con el apoyo del grupo turístico ETI.