El monumento más famoso y más visitado de Roma tiene nuevos inquilinos. Una comunidad de erizos ha hecho del Coliseo su hogar y se ha ganado la simpatía de todo el mundo.
Su lugar favorito es el menos transitado por el público y el personal de la instalación se ocupa de darles de comer pollo o verdura.
Los simpáticos animales llegaron al monumento en verano de 2015 y desde entonces están siendo monitorizados por el personal técnico de asociaciones ambientales.