Relacionado o no con la pandemia, llevamos unos meses escuchando todos los pronósticos negativos sobre el cambio climático y el calentamiento global con unas expectativas de subida de temperatura entre 1,5 y 4º C de subida media.

No estoy convencido de que la estrategia de crear más alarmismo y catastrofismo, que posiblemente haya funcionado en una primera fase, sea la adecuada para conseguir un cambio de actitud en la sociedad y los poderes económicos y políticos de los diferentes países, ya que desde la cumbre de Río del 92 se ha instaurado una política de compensaciones que a nivel global permite que todo sea igual y apenas cambie algo, ya que el mercado del carbono ha creado un buen negocio para países e industrias que pueden comprar derechos a otros que necesitan ingresos y poseen derechos de emisión.

Pero quería insistir en algo que parece que no se entiende o no se quiere comprender y es que el cambio climático es un fenómeno que lleva cientos o, mejor dicho, miles o millones de años y seguirá existiendo porque nuestra Tierra es un sistema dinámico.

Los problemas del cambio climático, que es parte de un cambio global, se traducen en crisis climática, aquella que afecta a los humanos y la sociedad —específicamente y contrariamente a lo que muchos piensan no es una alarma del planeta, sino de nuestra especie y ecosistema—.
 

Crisis climática afecta a los humanos y la sociedad

Crisis climática afecta a los humanos y la sociedad

Acaba de publicarse un artículo en El Pais sobre el estudio de una herramienta para visualizar la evolución de la crisis climática y los impactos futuros: Un atlas interactivo para mostrar cómo sería el planeta con un calentamiento de hasta 4 grados.
 

En ciertos intervalos de tiempo, la temperatura podría subir hasta 10º C  y puede suponer la creación de entornos adversos para zonas de turismo de sol y playa o destinos de interior no preparados


En mi opinión, si tomamos esta referencia, hay que tener en cuenta que hablamos de subida de temperatura media y que 1,5 o 4 °C parece que no es ningún riesgo; sin embargo, para que haya una media de 4º, puede ser que en ciertos intervalos de tiempo la temperatura pueda subir hasta 10º C y que en zonas de 30 suba a 40º C, que puede suponer la creación de entornos adversos para zonas de turismo de sol y playa, destinos de interior no preparados o donde la mayoría de las actividades turísticas son al aire libre… O que en invierno pueda darse el fenómeno de que no haya precipitaciones de nieve, lo que provocaría el cierre de todo el sector turístico basado en la nieve, y hablamos de miles de empleos, negocios y economía rural en muchas partes del mundo.
 

Ante la previsión de un resultado negativo, la mejor opción es evitarlo versus compensarlo"


Dudo mucho de la eficacia de las tasas e impuestos eco, de las medidas de compensación de la huella de carbono de las compañías aéreas o de los programas de responsabilidad social corporativa porque sus resultados apenas tienen repercusión en la mejora de la situación ambiental y, ante la previsión de un resultado negativo, la mejor opción es evitarlo en lugar de compensarlo.

En este caso, creo que es mejor orientar la estrategia, en el caso de la aviación, a combustibles mucho menos contaminantes y con ratios de eficiencia energética lo más alta posible, evitando biocombustibles que conlleven plantaciones inmensas que compiten con la agricultura y necesitan grandes territorios. Es algo que puede aplicarse a todas las industrias y sistemas energéticos en vez de apostar por la medida recaudatoria que no es para nada la mejor opción.
 

Calentamiento global a causa de combustibles contaminantes

Calentamiento global a causa de combustibles contaminantes

También sería muy importante pensar que se necesita una transformación del sector del turismo, al igual que la de otros sectores productivos y olvidarnos de conseguir cambios rápidos o revolución, que es un objetivo poco alcanzable y que más bien originaria una frustración social que conduciría al efecto contrario del que se quiere conseguir.

Es decir, las consecuencias del cambio climático son sin duda la crisis climática que nos afecta directamente y se puede actuar con estrategias claras de adaptación y mitigación en cada destino y sus “hinterlands”, si hablamos específicamente del turismo, pero es más que obvio que el tiempo es un factor en contra y la apuesta por una hoja de ruta de los destinos hacia transformaciones verdes es la mejor respuesta de adaptación y mitigación, donde la sostenibilidad es una herramienta clave para pensar en medio y largo plazo y no un objetivo como muchas veces se confunde.

 

*Arturo Crosby es editor de Natour magazine