Hace ya tiempo comentaba en un artículo la importancia que iba a suponer en el futuro apostar por la gastronomía como punto de inicio en la nueva lucha por el liderazgo y competencia hotelera. Mucho antes de que llegase el Covid, la planta hotelera en general se estaba quedando desfasada en todos los sentidos y muy pocas marcas se estaban dando cuenta de ello a la vez que muy sutilmente, algunas, se actualizaban en nuevas tecnologías, confort, renovación de habitaciones, mejorar infraestructuras exteriores, etc. pero muchas menos se plateaban hacer una apuesta seria y profesional con respecto a alimentación y bebidas.
Bahia Principe, conocida por todos en el Caribe principalmente y también en España y donde tuve el placer de trabajar a pesar que mi salida en su momento, por decisión propia, fue provocada por la mala gestión emocional de determinados altos directivos, que por cierto, nada tenían que ver con el departamento que yo gestionaba pero que sabían de todo y no había forma de dialogar, es una empresa querida por unos y odiada por otros, pero no es algo exclusivo de esta marca, esto pasa en todas las empresas y seguirá pasando, es ley de vida.
Tuve el placer también de conocer a su fundador, Don Pablo Piñero, todo un personaje donde los haya, pero con sus más y sus menos, fue un verdadero visionario de la época y a la vista está el legado hotelero que dejó y que en la actualidad está gestionado por sus hijas y esposa de este y que siguen también aportando en la mejora y crecimiento cada vez más visible.
Muchos pueden pensar que una máquina de esta envergadura sigue funcionando por inercia del pasado y cierto es que el empujón que Don Pablo y su esposa le dieron en sus inicios y hasta que falleció este, durara por muchas décadas más y por supuesto no podemos olvidarnos de grandes profesionales que han pasado por ahí dejando marca y nombre en cada etapa de crecimiento, como las etapas de la vida de una persona determinada; Instituciones como Manuel Toril, con quien he coincidido una sola vez en mi vida pero que se siente y se palpa su cátedra en cualquier rincón del sector, Óscar Palacios, gran amigo en la actualidad y la persona que me introdujo en su momento en el Caribe y otros como Faustino Rodríguez, Muncer Walky, Víctor Ferrer o Toni Zapater… evidentemente hay muchos más y de todos los departamentos que han colaborado en su etapa correspondiente para que Bahia Principe sea lo que todos, los que hemos pasado por ahí, le deseamos que sea en el futuro.
También es cierto que han pasado malos, si no horrorosos, y algunos de ellos han provocado que la imagen se pueda resentir en falta de valores en momentos determinados. Eso solo sucede cuando se delega en ciertos directivos con poder (más que directivos yo los denomino mediocres con poder) de la propiedad y estos se saltan o no siguen las pautas que en su momento hicieron que su fundador y familia creasen una filosofía o cultura de empresa que estos se pasan por el forro y que al final, sus acciones sin autoridad moral más que de su tarjeta de visita, afectan directamente a la marca pero que nada tiene que ver con la misma, sino con quien cree tener esa autoridad, prestada humildemente por dicha marca, para cambiar las reglas de un juego que tanto ha significado y significa para una familia hotelera con las cosas claras de cómo quieren trabajar y que nada tiene que ver con lo que puede pasar en ciertos momentos o circunstancias creados por los susodichos mediocres con poder. También pasa en todas las casas.
En la actualidad, bajo mi punto de vista, sigue habiendo ciertos directivos que no ayudan en cuanto a imagen se refiere; otros de nueva incorporación, me consta que están poniendo de su parte para que todo sea, como mínimo, fresco, sano, atractivo e innovador, pero especialmente a nivel gastronómico ya hace un tiempo atrás se está cocinando un buen puchero. Dar un paso gastronómico al frente en tiempos como los que vienen no solo es importante sino que además, en mi opinión, vuelvo a insistir en ello, es el futuro de la opción, de la elección, el futuro para desmarcarse de la competencia; la gastronomía en la planta hotelera es el futuro para generar nuevas oportunidades en los viajeros, de sensaciones y de vivencias, el dar un paso gastronómico como el que están dando en una gran cadena hotelera como es Bahia Principe, no solo es atractivo para los clientes, sino que los propios empleados también lo van a agradecer, es una manera o forma de generar nuevas expectativas profesionales, nuevos conceptos, tanto en desarrollo de los mismos como en formación y evidentemente, los empleados al mismo tiempo generaran una sinergia positiva, fresca, nueva y sana que llegará en formato de sonrisa, motivación y el cliente lo percibirá en carnes propias satisfactoriamente y en atención al cliente.
Hablando de la importancia de las personas, de las etapas, de la creatividad, de la motivación, energía y sentido del esfuerzo y transparencia, no podemos obviar el trabajo que actualmente y durante una larga carrera profesional en esta misma casa, Manuel Condón Chef corporativo de Innovación y desarrollo de la cadena ha aportado a lo largo de los más de 15 años que lleva colaborando con Bahia Principe. Un tipo bajito pero con un corazón que llega al cielo y es a través de ese pálpito que traslada nuevas ideas, las plasma en papel y las convierte en auténticos conceptos gastronómicos dignos de querer ser parte por cualquier profesional de la cocina.
A Manuel Cendon que con el tiempo ha sabido rodearse de un escuadrón de profesionales, grandes profesionales, como Darío Suárez, Hernán, Malagón, Rubén, entre otros, que siguen siendo parte fundamental de su filosofía y enseñanzas y otros tantos que han pasado, tuve el placer de conocerlo y de trabajar con él y con algunos de sus discípulos y la experiencia fue muy gratificante, compartir pensamientos e ideas profesionales y poder hacerlas realidad en grupo y sin la más mínima fisura mientras tuvimos la oportunidad de trabajar juntos, no es tarea fácil pero no fue imposible, ya que los valores profesionales, éticos y morales que compartíamos eran reales, eran valores fundamentales para generar confianza entre nosotros, cuando había problemas todos éramos parte de la solución, ninguno era más ni menos que nadie y ahí radicó siempre nuestra filosofía de equipo a pesar que todos teníamos clara cuál era la jerarquía interna pero jamás hablamos nunca de ello.
¡¡Es su momento!! y está demostrando una vez más que, no solo es capaz de marcar un antes y un después en una etapa determinada, sino que además es capaz de marcar una diferencia en cuanto a competencia gastronómica entre las distintas cadenas hoteleras que actualmente operan en el caribe y también en España.
Con este artículo, quiero hacer un homenaje a Bahia Principe por apostar por algo tan importante como es la gastronomía, a los que ya no están pero que también marcaron una etapa muy importante y por su puesto a los que siguen haciendo de sus sueños una realidad palpable y en una profesión tan maltratada en algunas ocasiones como es la cocina profesional. Felicidades a todos.
*Víctor Rocha López es Corporate Chef F&B Culinary trainer y autor del libro 'El humo que todo lo quema'.
