China está probando un ‘purificador gigante’ de 60 metros de altura en Xian, una de sus ciudades más contaminadas, para limpiar el aire. Está inspirada en plantas de energía renovable que generan la electricidad mediante calor solar a través de una tecnología conocida como corriente ascendente solar. 

El sistema filtra las partículas nocivas e inyecta aire limpio, según ha explicado la Academia China de las Ciencias en un comunicado. El líder del proyecto, el químico Cao Junji, señala que los resultados son prometedores. 

Ya se ha presentado la propuesta para construir otra torre, esta vez de 300 metros, en la misma ciudad, además de en Pekín, Hebei y Henan. 

Suscripción

La primera prueba se realizó durante un pico de contaminación invernal en dos semanas de enero. Durante el periodo de estudio, los monitores de aire circundantes registraron una disminución del 19% en las concentraciones de las sustancias nocivas.

 Aún así Neil Donahue, experto de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburg, EE.UU. tiene dudas acerca de la eficacia de la iniciativa y se pregunta si los beneficios son mayores que el daño ambiental causado por la construcción de las instalaciones. “Convertir la misma cantidad de energía en electricidad limpia, o no emitir la contaminación en primer lugar, podría logar el mismo objetivo de reducir contaminación. 

Además, apunta que si la ‘chimenea’ no limpia los precursores de las partículas como el dióxido de azufre o los óxidos de nitrógeno “aunque el cielo se vea más limpio, la calidad del aire puede ser horrible”.