Tradicionalmente, los gimnasios en los hoteles no tenían mucha importancia y la mayoría de los huéspedes prescindían de sus servicios. Sin embargo, en los últimos años, con la revolución de la vida fitness, las cadenas hoteleras han decidido invertir en el sector y posicionar sus establecimientos como centros de entrenamiento a los que a veces acuden, no solo los clientes exclusivos del hotel, sino externos que deciden disfrutar de sus prestaciones. 

El cliente de lujo es el más interesado en este estilo de vida. Según un estudio del Luxury Travel Report 2016, publicado por la consultora Resonance, para los viajeros estadounidenses de alto nivel adquisitivo es de vital importancia el acceso a instalaciones deportivas durante sus vacaciones. Uno de los destinos más apreciados en este ámbito es el Caribe y una de las cadenas más valoradas es Four Seasons, precisamente por sus gimnasios y sus spas. 

El usuario de hoy demanda y valora el servicio deportivo. La tendencia es que las instalaciones permanezcan abiertas las 24 horas, lo que le da un plus de valor con respecto a establecimientos ajenos a los hoteles. Tal es la importancia de la inclusión de los gimnasios, que inciden en la categoría del hotel y genera una predisposición del cliente a elegir un determinado establecimiento, aunque finalmente no utilice las instalaciones. 

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Las grandes marcas se posicionan

Las grandes marcas no dejan escapar la oportunidad de posicionarse como referencia en este ámbito. La firma Tryp by Wyndham apuesta firmemente por el estilo de vida fitness en la mayoría de sus 120 establecimientos de todo el mundo. Los hoteles Even, de Intercontinental Hotels Group abrieron en 2014 con el fin de satisfacer las necesidades alojativas y deportivas de sus huéspedes. Sus habitaciones cuentan con una zona de entrenamiento. También los hoteles Trump apuestan por el segmento. La compañía, para diferenciarse, se ha asociado con Reebok y Under Armour para ofrecer a sus clientes ropa y calzado exclusivo en sus entrenamientos.

Por otra parte, las cadenas deportivas también se han interesado por el sector de los viajes. La cadena de gimnasios Equinox, lanzará su propia marca de hotel de lujo en 2018. Ofrecerá a sus clientes entrenamientos personalizados, tiendas de ropa deportiva, y un restaurante con menús avalados por nutricionistas. 

Personal Trainer en un establecimiento hotelero

Entrenadora personal en un establecimiento hotelero

España apuesta
El sector alojativo de España no es ajeno a esta tendencia. Por ello, hace unos meses se anunció la creación del sello Sporttoury, que servirá para distinguir a los hoteles deportivos en el país. Será una garantía para el turismo deportivo y dispondrá de tres categorías: Basic, Excellent y Premium, según la adaptación deportiva del establecimiento. 

Una apuesta de futuro

Para Pedro Moya (Palabraderunner), conocido blogger deportivo, aunque un gimnasio no es determinante a la hora de elegir un establecimiento hotelero para las vacaciones teniendo en cuenta "las múltiples opciones para hacer deporte al aire libre", "si puede ser un punto a favor sobre otro hotel si hablamos de una estancia relativamente larga, de varias semanas". 

En referencia a la calidad de los gimnasios de los establecimientos hoteleros, Jon Axpe, empresario turístico y triatleta, opina que estos no pueden competir con la excelencia de uno al uso, pero puntualiza que habría que diferenciar entre "un hotel convencional y un hotel que se dedique al deporte como por ejemplo, el Club La Santa, en Lanzarote. Esos gimnasios sí podrían ser competitivos en ese aspecto". 

Además, señala que estos deben contar con unas prestaciones mínimas: "Por lo menos una cinta de correr, una bicicleta tipo spinning, una máquina multiusos y un tapiz para hacer estiramientos", aunque "también depende del número de habitaciones, porque no es lo mismo tener un gimnasio para un establecimiento de 50 habitaciones , que igual con dos bicicletas y dos cintas tiene. Si en un hotel de 180 habitaciones solo pones dos máquinas, basta que vaya un 25% de los clientes para que se sature el gimnasio”.

No hay riesgos

Axpe opina que "en estos momentos apostar por el fitness y por todo lo que es salud y el bienestar de las personas es importante". Señala que viaja bastante y que "la gente siempre lleva unas zapatillas, un pantalón corto y una camiseta para correr en la calle o para ir al gimnasio". Moya argumenta que "cada vez la sociedad apuesta más por llevar una vida más saludable y los negocios que se adapten y pivoten hacia ese público estarán haciendo una inversión de futuro".