Cuando se aborda el cambio climático desde la perspectiva turística, se suelen tratar temas como la huella de carbono, los productos de kilómetro 0 o la reducción de residuos. Últimamente, también se ha comenzado a hablar sobre cómo el aumento de las temperaturas puede afectar al comportamiento de los viajeros, pero rara vez se habla de cómo va a afectar a la salud y cómo puede adaptarse la arquitectura turística para mitigar el impacto.

Este novedoso enfoque ha marcado uno de los debates de la primera jornada del XI Foro Internacional de Turismo Maspalomas Costa Canaria bajo el nombre ‘La arquitectura hotelera adaptada al cambio climático y la salud’.  Moderados por Sebastián Sanso Marrero, director gerente de Hospitales Universitarios San Roque, han debatido a este respecto Agustín Viera Ramírez, médico dermatólogo en Clínica Canarias Dermatológica, y Juan Palop Casado, arquitecto y urbanista que fundó y dirige LPAStudio.

 
El doctor Agustín Viera durante su intervención Foto Nacho González Oramas

El doctor Agustín Viera durante su intervención | Foto: Nacho González Oramas

La charla partía de uno de los últimos artículos publicados en la revista científica The Lancet, que alerta sobre el cambio climático y el aumento de pacientes que padecen cáncer de piel. “Hablaba de cáncer de piel en términos de epidemia y, por primera vez de una forma tajante, lo relacionaban a los millones de visitas de los turistas británicos a destinos de sol y playa”, ha explicado Viera.

“El cambio climático lo cambia absolutamente todo. Lo que llamábamos destinos de sol y playa empiezan a ser destinos demasiado soleados y con cada vez menos playa”, ha argumentado Juan Palop, que hace un llamamiento a “movilizarse y empezar a repensar los destinos turísticos como oasis de salud”.

La sombra lo es todo


En este sentido, el doctor Viera considera que se abre una oportunidad para enfrentarse a esa realidad y apostar por desarrollar conceptos dermosaludables, transformando los destinos y las infraestructuras turísticas. Uno de los aspectos en los que más hincapié ha hecho es en la sombra. “¿En qué se unen dermatología, urbanismo, turismo y la construcción hotelera? En la gestión, en la auditoría y en el desarrollo del concepto sombra”, ha indicado.

Ya sea gracias a una construcción o un elemento natural, ha explicado, la sombra permite “reducir la incidencia del cáncer de piel, hacer los espacios más vivibles, disminuye la temperatura y hace mucho más agradable el entorno”.

Palop ha coincidido señalándola como elemento “absolutamente crítico”. “Lo que hemos hecho hasta ahora son plataformas inertes donde pudiera darse esa revolución del turismo de sol y playa. El problema es que con este cambio de contexto empezamos a ver que los entornos reflejan demasiada luz, no dan sombra…”.

Juan Palop durante su inertención Foto Nacho González Oramas

Juan Palop durante su inertención | Foto: Nacho González Oramas

Repensar los espacios turísticos, un imperativo


El arquitecto ha subrayado que la mayoría de la experiencia turística no se produce ni en interiores ni en exteriores, sino en espacios híbridos. “Es ahí donde deberíamos construir ese mundo de las sombras en el ámbito hotelero”. Hace un llamamiento a la autoexigencia de unos criterios mínimos de sombra a la hora de desarrollar proyectos urbanos y vacacionales. “Nunca hemos presentado un proyecto en un ayuntamiento demostrando el índice de albedo [porcentaje de radiación que refleja la superficie] o con un plano de sombras modelizado digitalmente para demostrar que, en cualquier punto del día o época del año, el 30% se encuentra en sombra”, ha remachado.

“Los espacios dermosaludables se crean, se construyen, y creo que tenemos esa oportunidad de hacerlo”, ha coincidido Viera que considera que será el propio turista el que exija que los destinos tengan más cuidado y creen espacios para evitar las quemaduras solares. “Lo que va a hacer que esto se ponga en marcha es la experiencia del cliente. Si viene a Canarias y sufre una quemadura solar, ni dormirá bien, ni disfrutará de lo que hace. Y encima ha puesto en riesgo su salud”.

Cuanta más crema se pongan nuestros turistas, peor urbanismo tenemos”, ha sentenciado Palop, que reitera que “con el urbanismo y paisajismo se construye experiencia turística y salud”. “Si pensamos qué clase de oasis de salud queremos ser en el contexto de cambio climático, dentro de 50 años Canarias tendrá una situación de liderato similar a la que tenemos ahora”, ha concluido.