Ya lo habían advertido a principios de verano y ahora lo están cumpliendo. La organización juvenil Arrán, ligada a la CUP, anunció nuevas acciones en contra de la llegada de turistas a Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana.

En el mes de junio se encadenaron al icónico dragón del Parc Güell y este lunes volvieron a la carga poniendo su foco de nuevo en los autobuses turísticos. El primer movimiento se produjo en Barcelona, donde dos miembros de Arrán asaltaron el bus turístico de la ciudad, aparcado en el Port Olímpic, y colgaron un cartel en el que se podía leer: “Paremos la masificación turística en los Países Catalanes”. Asimismo, también lanzaron dos botes de humo en la parte superior del autocar.

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A este le siguieron incidentes en Valencia y Palma. En la ciudad del Turia otros dos miembros irrumpieron en otro bus turístico en el paseo de l'Albereda colgando un cartel con el mismo mensaje que Barcelona. En Palma se ha replicado el fenómeno en la zona del Castillo de Bellver. La actuación se ha producido cuando los turistas descendían del vehículo. En ambos casos, los manifestantes abandonaron los vehículos voluntariamente.

Las diferentes reacciones no se han hecho esperar. Manel Casals, director general del Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB) se mostró muy crítico con este tipo de acciones. A través de su cuenta de Twitter pidió “tolerancia cero y acciones contundentes para evitar futuros ataques que hacen tanto daño” a la ciudad.

Este tuit hacía referencia directa a la reacción del primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, que al ser preguntado por la acción, la ha calificado como “iniciativa simbólica” y ha asegurado que es “una de las tantas que se producen en la ciudad”.

Por su parte, la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) y la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia han emitido un comunicado en el que defienden que la ciudad es “hospitalaria, abierta y democrática donde no caben actos tan lamentables”. Asimismo, han pedido una “condena firme” por parte de todos los partidos políticos “contra este acto vandálico vinculado con la turismofobia”.

Por último, han aprovechado para tildar este fenómeno como “una expresión de xenofobia” y lo han vinculado a la “eclosión de pisos turísticos ilegales”.

Campaña coordinada

Estas actuaciones están englobadas en la campaña denominada por el grupo como “capitalismofòbia” lanzada en junio de 2018. En un manifiesto llamaron a la lucha contra “un turismo que atenta contra la vida de las personas” y propusieron seis medidas:

  • Detener de forma inmediata la emisión de licencias de actividad para hoteles y empresas vinculadas al turismo.
  • Prohibir la actividad de las empresas relacionadas con los pisos turísticos como Airbnb.
  • Reducir y limitar el número de cruceros que llegan a los diferentes puertos.
  • Mejorar las condiciones de los trabajadores, aumentando los salarios y acabando con el trabajo externalizado o en negro.
  • Aumentar impuestos a las empresas del sector turístico.
  • Expropiar empresas turísticas como el hotel Vela de Barcelona o Port Aventura.