La situación de Afganistán es, cuando menos, paradójica. Pese a que desde la llegada de los talibanes al poder, en 2021, prácticamente todas las embajadas internacionales huyeron del país, temiendo la profunda inseguridad que se avecinaba con la imposición de un régimen fundamentalista al extremo, la llegada de turistas no ha parado de crecer en los últimos tres años. Durante todo este tiempo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España “desaconseja muy seriamente viajar a Afganistán bajo cualquier circunstancia” debido al “serio riesgo para la propia vida, así como de secuestro en todo el país”.

El llamado turismo de riesgo ha encontrado en el país afgano un destino en el que vivir una experiencia “fuera de las rutas turísticas habituales”, tal y como ha reconocido a El Confidencial un turista que estuvo a punto de contratar un viaje organizado por el ahora territorio talibán, al estilo del que se encontraban realizando los tres españoles asesinados a tiros en la turística región de Bamiyán el pasado 17 de mayo, cuando viajaban en un grupo formado por trece visitantes de distintas nacionalidades.

En la actualidad hay varias agencias de viajes que organizan tours por Afganistán. En España, existen dos compañías con sede en Cataluña, Against the Compass Expeditions y Last Places, que trabajan en territorio afgano. La primera ofrece “tours ya planificados” “desde Kabul a Bamiyán” y la segunda, un “viaje etnográfico” con un itinerario de 13 días y 12 noches. Ambas se encuentran en estos momentos gestionando la vuelta de los clientes que así lo quieran tras el terrible atentado de hace unos días. 

Blanquear el régimen a través del turismo


Desde el regreso de los talibanes, en agosto de 2021, las cifras turísticas de un país que apenas recibía visitantes no han hecho sino crecer de forma exponencial. En aquel año Afganistán recibió menos de 700 turistas, en 2022 esa cifra se disparó hasta alcanzar los 2.300 y el pasado 2023 se volvieron a triplicar las llegadas, con nada menos que 7.000, según cifras aportadas por la Dirección de Turismo de Kabul y recogidas por Newtral.

Y es que el régimen talibán ha puesto todo su empeño en llevar a cabo una campaña para atraer turismo internacional, vendiendo una imagen de seguridad interna una vez expulsadas las tropas estadounidenses y el Gobierno afgano al que apoyaban, para blanquear el régimen. La realidad es que los ataques y atentados han descendido porque ellos eran los principales causantes de los mismos hasta que alcanzaron de nuevo el poder. Ahora, el principal riesgo lo representa el grupo yihadista autodeterminado Estados Islámico del Gran Jorasán, también conocido como ISIS-K​, una rama de esta organización terrorista que opera en Afganistán, Pakistán, Rusia, Irán e incluso India.