Estas preparando tu viaje a Alemania, ya tienes tus billetes listos, ya realizaste tu reserva en Airbnb y tu maleta espera sobre tu cama a los añadidos de última hora. Justo en ese instante recibes un mensaje de tu anfitrión y temes lo peor. ¿Habrá pasado algún imprevisto con tu reserva?

Nada más lejos de la realidad, te está resumiendo las normas para alojarse.

Compruebas el listado:

  • Para ducharte debes configurar el calentador de la cocina. ✔️
  • No se permite fumar en el interior, pero sí en el balcón ✔️
  • Cuando se bañe, cierre firmemente las cortinas para asegurarse de que no gotee el agua en el suelo ✔️
  • Pido a los huéspedes masculinos que orinen sentados. ?

Es esta última petición la que puede sorprender a muchos españoles, sin embargo, se trata de algo muy común en Alemania. En el país germano existe un debate entre los stehpinklers (hombres que orinan de pie) y sitzpinklers (aquellos que se sientan para ello).

sitzpinkler

 

Esta discusión, que tiene en cuenta aspectos como la higiene, la salud y la masculinidad, se ha llevado a la literatura e incluso a los juzgados. De hecho, en 2015, un tribunal de Dusseldorf reconoció el “derecho a orinar de pie” de un germano que había sido demandado por su casero por miccionar fuera. Su arrendador le pedía 1.900 euros por estropear el suelo con su orina, pero el magistrado decidió que hacer pis de pie es una práctica aceptada culturalmente.

No obstante, si el visitante esporádico quiere ahorrarse batallas legales y problemas con los locales, lo mejor es que se habitúe a sentarse en la taza. Ya se sabe, donde fueres, haz lo que vieres.

Suscripción

Una práctica más común de lo habitual

Sin embargo, no es el único lugar del mundo donde el viajero tendrá que prestar especial atención a las “normas de etiqueta” en el cuarto de baño.

En 2012, Stephen Shen, ministro de medioambiente de Taiwán, pidió públicamente a todos los hombres del país que mearan sentados para garantizar las condiciones higiénicas. Según su punto de vista, los urinarios públicos se mantendrían mucho más limpios al evitar las salpicaduras y el consecuente mal olor.

En 2015, el Partido de la Izquierda en Sudermania (Suecia) intentó instaurar una norma que obligaba a todos los miembros masculinos del consejo provincial a que orinasen sentados en las instalaciones del gobierno.

Japón es también un país pionero, algunas encuestas demuestran que casi el 30% de la población masculina opta por posar sus nalgas para 'pinkeln'.