Tras más de una semana desde el comienzo del vertido de petróleo en Perú, la extensión del mismo sigue creciendo y sus daños, tanto ecológicos como económicos, comienzan a concretarse.

La contaminación del crudo alcanza ya las 180 hectáreas en costa (21 playas) y 713 en el mar. El Gobierno peruano calcula que unos 3.000 pescadores han perdido su trabajo y el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez, ha estimado unas pérdidas de 52 millones de dólares (46 millones de euros; más de 200 millones de soles peruanos) en el sector turístico.



 

Además, el vertido se ha producido en plena temporada alta, ya que en Perú actualmente es verano. De hecho, la zona afectada por el petróleo era frecuentada cada año —entre los meses de enero y marzo— por cinco millones de visitantes, entre nacionales e internacionales, según los datos del Ministerio de Turismo.

Sánchez ha lamentado que “el turismo ha sido dañado letalmente”. “Una serie de negocios lo está perdiendo todo. Es el caso de hoteles, restaurantes, agencias de viaje, operadores turísticos, sombrilleros y otros miles de empleos están afectados”, ha asegurado el ministro en declaraciones al diario El Nuevo Día.