Una mujer ha arrojado los restos del fallecido Peter Sutcliffe cerca de la Playa de los Pocillos, ubicada en Puerto del Carmen (Lanzarote). Este ritual funerario podría haber pasado desapercibido, si no fuera porque Sutcliffe era conocido como el 'Destripador de Yorkshire', responsable de 13 asesinatos a mujeres.

El homicida murió en 2020 tras una infección de COVID-19, a los 74 años, en la cárcel de Frankland (Inglaterra), donde cumplía la cadena perpetua que le fue impuesta en 1981. Antes de fallecer, le confesó a una amiga —que le visitaba periódicamente en prisión— que su último deseo era poder descansar finalmente "en algún lugar agradable y soleado”.
 


El diario británico The Sun localizó a la mencionada amiga de Sutcliffe, justo antes de lanzar las cenizas del criminal al agua de la Playa de los Pocillos, zona muy transitada por el turismo británico. La mujer, que pidió no ser identificada, respondió al periodista presente: “Sé que la gente pensará que es espantoso, pero en lo que a mí respecta, estoy cumpliendo los deseos de un anciano moribundo. Quería estar en un lugar mejor y más feliz".

El destripador de Yorkshire
 

Peter Sutcliffe fue condenado por el asesinato de al menos 13 mujeres durante los años 70. Además, se le implicó en otras siete agresiones a mujeres. Sus crímenes provocaron un gran revuelo en los medios de comunicación y la población inglesa, atribuyéndose al asesino el apodo de 'El destripador de Yorkshire', en referencia al 'serial killer' de la época victoriana  'Jack el Destripador'. En 1981, Sutcliffe confesó los homicidios y fue internado en un hospital al iniciar su condena, tras ser diagnosticado de esquizofrenia. Según afirmó Sutcliffe ante el juez, Dios le había ordenado la misión de matar prostitutas.