La pasada noche del 30 de mayo, un vuelo que despegaba de Argentina con rumbo a Miami tuvo que efectuar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).

La causa de que el avión cambiara su itinerario y aterrizara en el aeropuerto más próximo, fue que un menor sufrió, repentinamente, una lesión que perforó uno de sus pulmones.

La tripulación, al percatarse de lo ocurrido, al igual que los pasajeros, tomaron medidas para intentar ayudar y salvar la vida del niño de 8 años. El comandante, Martín Lorenzo Hughe, por su parte, fue quien decidió hacer escala en el aeródromo boliviano para que, una vez en tierra, el niño fuera atendido e intervenido en el hospital más cercano.

Acompañado por su madre y otros pasajeros que lo trataron a bordo, el pequeño -que estaba a punto de sufrir un neumotórax- ingresó en la clínica Foianini, donde fue operado de urgencia y con éxito.

Dos horas más tardes, el avión de las Aerolíneas Argentinas, retomó su vuelo con destino a Miami con la satisfacción de saber que el niño -que se encuentra estabilizado y en terapia intensiva, según informaron Aerolíneas Argentinas- seguía vivo gracias a la brillante decisión y actuación de toda la tripulación.