Al menos 22 personas han fallecido y otras 59 han resultado heridas durante un concierto en la ciudad británica de Manchester. Entre las víctimas se encuentran niños y adolescentes que acudieron a la actuación de la artista estadounidense Ariana Grande.

Al parecer, una vez había terminado el evento y cuando los asistentes estaban abandonando el recinto, a las 22:30 horas locales (23:30 en España), un artefacto de fabricación casera explosionó en uno de los vestíbulos del Manchester Arena. Según señalan algunos testigos, la detonación se produjo en la zona de las taquillas.

Pese a que se ha determinado que el atacante murió con la explosión, la policía de Manchester está investigando si formaba parte de alguna célula terrorista o grupo. En la operación han participado más de 400 agentes de policía. Ian Hopkins, responsable de la Policía de Manchester, ha asegurado que "este ha sido el incidente más horrible al que nos hemos tenido que enfrentar en la ciudad de Manchester”.

Por su parte, la Primera Ministra, Theresa May convocó una reunión de emergencia con todos los responsables encargados de la ciudad en Downing Street y calificó de “atroz” el atentado terrorista. El líder de la oposición, Jeremy Corbyn, expresó que “sus pensamientos están con las familias de las víctimas” y destacó “la brillante labor de la policía de la ciudad”.

Por su parte, la Policía de Reino Unido ha solicitado colaboración ciudadana, facilitando una página web en la que los testigos pueden subir fotos o vídeos del momento de la explosión para ayudar a esclarecer cómo se produjo.

Se trata del atentado con mayor número de víctimas mortales desde los ataques a la ciudad de Londres en el año 2005 perpetrados por Al Qaeda, en los que fallecieron 56 personas. Y justamente el alcalde de la capital de Reino Unido, Sadiq Khan, ha anunciado que la seguridad se está revisando y intensificando en la ciudad.