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Los turistas ya no gastan en BCN: Se acabó el efecto champán y llegó el efecto 'vaso de agua del grifo'

El rendimiento económico del sector turístico de Barcelona está experimentando un notable enfriamiento este verano, a pesar de la llegada masiva de visitantes. Según recoge La Vanguardia, los camareros de La Rambla, epicentro turístico de la ciudad, confiesan que se ha producido una caída en la facturación de hasta un 70%, con turistas que recorren la calle comparando precios y evitando gastos considerados “de lujo”, como una jarra de sangría a 22 euros.

Muchos trabajadores de la zona apuntan a que los visitantes prefieren comer de súper en su habitación de hotel y que solo eligen los restaurantes para cenar, apurando copas, pidiendo platos compartidos y evitando postres y cafés. Todo apunta a que se ha acabado el efecto champán —cuando los turistas incrementaron exponencialmente su gasto durante las vacaciones pospandemia gracias a lo ahorrado— y se ha instaurado el efecto 'vaso de agua del grifo'. Roger Pallarols, del Gremi de Restauració, habla de una “desaceleración” y de unas temporadas altas que "son más flojas de lo que deberían ser". 

Esto se debe, en gran medida, al cambio en los hábitos de consumo, la alta inflación en los países de origen y el encarecimiento de los hoteles.

Las otras causas


El descenso en el gasto no es un problema aislado de las zonas más turísticas. Según una encuesta de Barcelona Oberta, hasta la mitad de los 24 ejes comerciales más visitados de la ciudad reportan un empeoramiento en sus ventas. Los comerciantes señalan múltiples factores, desde las obras urbanas y las olas de calor hasta problemas estructurales de la ciudad. En el Gòtic, se culpa a las nuevas tendencias de consumo, mientras que en la Barceloneta se denuncian graves problemas de higiene. En la zona de la Sagrada Família, la principal queja es la falta de seguridad y los constantes robos a los turistas, que dañan la imagen de la ciudad y desincentivan el gasto.

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