En el mismo día en que España ha anunciado que la próxima semana termina el veto de entrada a ciudadanos británicos, el Gobierno de Reino Unido ha anunciado que prolongará la prohibición de viajes de ocio.

Ayer, 23 de marzo, el Consejo de Ministros de España acordó levantar las restricciones de conectividad desde las islas británicas. Cabe destacar que desde el 22 de diciembre de 2020, España limita la llegada de vuelos directos y buques de pasaje procedentes de las islas británicas, solo permitiendo el desembarco de aquellos ocupados únicamente por ciudadanos o residentes españoles o andorranos. La restricción termina el martes, 30 de marzo de 2021

Ciudadanos británicos sí, turistas no

El cambio de criterio de España permite la llegada al país de cualquier viajero procedente de Reino Unido, sin embargo, solo podrán viajar ciudadanos británicos que tengan una causa justificada como trabajo o estudios. Los turistas tendrán que esperar.

Y es que el Gobierno de Reino Unido, encabezado por el primer ministro, Boris Johnson, extenderá la prohibición de los viajes de ocio al extranjero hasta, al menos, el 30 de junio. El Ejecutivo va a reforzar los controles fronterizos y toda aquella persona que intente salir del país sin un motivo debidamente justificado —como trabajo o estudios— será sancionada con una multa de 5.000 libras (algo más de 5.800 euros).



 

Los proyectos de ley mediante los que se aprobará esta normativa se votarán en el Parlamento británico el próximo jueves, pero si se tiene en cuenta que numerosas personalidades políticas y asesores han lanzado un mensaje en contra de adelantar los viajes, todo apunta a que la prohibición se aprobará.

Tras anunciar el pasado mes de febrero que los viajes internacionales volverían a reanudarse el próximo 17 de mayo, el Gobierno británico da marcha atrás en la reapertura. Johnson había anunciado que el 12 de abril se realizaría una revisión de la situación epidemiológica, tanto dentro como fuera del país, sin embargo, el aumento de los contagios en toda Europa ha obligado al primer ministro británico a rectificar.

El ministro de Sanidad de Reino Unido, Matt Hancock, ha explicado en declaraciones a The Telegraph que “la tercera ola (en Europa) va en aumento, debido a las nuevas variantes, y es muy importante proteger el progreso que se ha logrado hasta ahora”.

Esta medida supone un duro golpe para los destinos turísticos españoles, cuyas esperanzas para el verano dependen en gran medida de que los británicos —principal mercado emisor— puedan viajar.