Durante el último lustro, Madrid ha recibido el desembarco de múltiples marcas hoteleras de lujo que han elevado de categoría su oferta alojativa, equiparándola a la de las grandes capitales europeas. Este modelo de negocio, el del lujo, persigue siempre los más altos precios, aunque esto repercuta negativamente en los niveles de ocupación. Pero, ¿por qué?. La respuesta es simple: trabajando medio vacíos siguen siendo rentables debido a los amplios márgenes de beneficio que manejan.

“Un hotel es un animal vivo. La ocupación fluctúa diariamente. Pero la hotelería de lujo trabaja en una estrategia de precios, no de ocupación. Intentan tener siempre el máximo precio”, ha explicado a El Periódico de España Bruno Halle, responsable de Hospitality en Cushman & Wakefield. “Un cliente que paga 1.000 o 1.500 euros, en vez de 700, también compra botellas de champán francés y come caviar. Sus gastos extra en el hotel son muy superiores”. 

Según el mismo medio, actualmente la capital española cuenta con 38 hoteles de cinco estrellas, lo que se traduce en 13 activos y 2.500 plazas hoteleras más que hace tan solo cinco años. Four Seasons, Mandarin Oriental, JW Marriott (Marriot International), Rosewood o Thompson (Hyatt Hotels Corporation) son algunas de las marcas de superlujo que han llenado la Milla de Oro madrileña de establecimientos superexclusivos. 

El precio medio por habitación en estos hoteles se sitúa en torno a los 300 euros por noche, pero en algunos casos, como en el Four Seasons Hotel Madrid, roza ya los 1.000. Con estos niveles, los cinco estrellas consiguen ser rentables pese a presentar una ocupación media del 48% de las plazas y del 59% de las habitaciones, en lo que va de año.