La capital madrileña busca un acuerdo con gigantes digitales como Airbnb, HomeAway y otras plataformas de alquiler de pisos turísticos, para que garanticen que quien sube la vivienda a la plataforma sea el propietario del inmueble. Además, también pretenden que la vivienda no se alquile por más de 60 días y que se sancione a los usuarios que no respeten los acuerdos.

La iniciativa, que se ha implantado ya en ciudades como Amsterdam o Berlín, busca controlar el alquiler vacacional y fomentar que las plataformas sancionen a los usuarios que no cumplen con la normativa.

El consistorio madrileño busca que el acuerdo se consiga en un plazo “relativamente corto” debido a “la proliferación de viviendas en la capital”. Mientras, la archiconocida web de viviendas vacacionales Airbnb ha afirmado que quiere ser un "buen socio" de la ciudad y afirma que “Madrid necesita reglas claras que distingan a aquellas personas que comparten su propio hogar de los malos actores”.