Las mayores hoteleras del mundo, Hilton, Accor, InterContinental Hotels Group y Wyndham están lanzando nuevas marcas y adquiriendo propiedades para expandir sus carteras, según ha publicado ‘El Economista’.

Aunque el ascenso de grupos digitales como Airbnb había hecho prever que el alojamiento compartido haría retroceder los ingresos en los hoteles y analistas de Morgan Stanley habían vaticinado que en 2019 se produciría un empeoramiento cíclico en Estados Unidos, lo cierto es que el analista de viajes STR subraya que en EE.UU. los ingresos por habitación disponible (RevPAR) subieron el año pasado un 3,2% en el país norteamericano y se espera otro aumento de al menos un 3% este año.

Además de esto, la empresa señala que los RevPAR aumentaron prácticamente en todo el mundo, con máximos históricos en muchos mercados, aunque en concreto, África y Europa registraron el mayor crecimiento.

El consejero delegado de Accor, Sébastien Bazin, explicó durante el Foro Internacional de Inversión Hotelera de Berlín el mes pasado:“Registramos los niveles más altos de ocupación como industria, y como compañía, de nuestra historia”. A esto añade: “El pastel no deja de crecer”. Esto se explica debido al crecimiento de la clase media en Asia. Además, apunta que “las marcas tienen un enorme valor, más del que nunca imaginé”. 

Sin embargo, no todos comparten la misma idea. Arne Sorenson, consejero delegado de Marriott International, que opera las marcas Ritz Carlton, W Hotels y Sheraton, ha declarado que aunque planea abrir nuestros alojamientos, no lanzará nuevas marcas. Advierte que la industria se está beneficiando de un crecimiento económico global pero que los grupos que se excedan pueden verse sorprendidos en un futuro. 

En este panorama, los rivales de Marriott están lanzando nuevos conceptos, un gran número de ellos dirigidos a millennials. Hilton lanzó el año pasado ‘Tru’, una nueva forma dirigida a este grupo de edad en la que las habitaciones cuestan entre 80 y 95 dólares y cuenta con áreas de entretenimiento como bares con mesas de billar. Además de esto, la hotelera está diseñando un concepto “urbano y asequible” denominado “pensión con esteroides” que ofrecerá alojamiento más baratos a los viajeros más jóvenes. También Accor apuesta por una estrategia similar con sus alojamientos ‘Jo&Joe’ descritos como “casas abiertas” que ofrecen desde apartamentos privados y habitaciones compartidas a estancias “fuera de lo normal”. 

A su vez, Avid Hotels, de IHG, que inició su andadura en Estados Unidos el año pasado, ofrece estancias más pequeñas y baratas. Su consejero delegado, Keith Barr, ha explicado:  "Los clientes trabajan la mitad de su tiempo en la cama con el ordenador, y ya no viajan con tantos papeles y documentos como antes porque todo está digitalizado". La compañía planea lanzar una marca de ‘conversión’ para este tipo de hoteles y juntar los de lujo bajo un único paraguas. 

Por otra parte, las adquisiciones también son un factor importante en el crecimiento. En los dos últimos años, los principales operadores compraron por valor de 2.400 millones de dólares, según indica Dealogic, una tendencia que parece no frenar. 

En enero, Wyndham compró La Quinta, grupo estadounidense que opera 900 hoteles. A su vez, la semana pasada se aprobó la oferta pública de adquisición del australiano Manta Group por parte de Accor.