Los camareros españoles tendrán que tributar por sus propinas, ya que estas pequeñas gratificaciones están sujetas al Impuesto sobre la Renta sobre Personas Físicas. La cantidad de estas 'recompensas' oscila entre los 0,20 céntimos y los 2,5 euros.

Según ha informado OK diario, la Dirección General de Tributos (DGT) sostiene que, si se tiene en cuenta el artículo 17.1 de la Ley 35/2006 del Impuesto sobre la Renta (IRPF), las propinas son consideradas rendimiento de trabajo por lo que estarían sujetas a este impuesto. A su vez, en el artículo 76 se determina que la empresa está obligada a retener e ingresar parte de estas recompensas.

Cabe destacar que el sueldo medio de estos profesionales de la hostelería es de 15.000 euros brutos anuales, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Lo que lo convierte en la retribución más baja del mercado laboral.