En primer lugar, hay que decir que el hotel boutique es un concepto que se creó en la década de 1980, caracterizado por una particular ubicación, servicio y diseño.
Hoy en día la palabra boutique se le ha añadido a muchos hoteles que no cumplen con esos tres requisitos, pero les sirve para captar clientes que buscan este tipo de establecimientos.
En muchos casos te encuentras con hoteles donde el trato personal no existe y todo está domotizado o automatizado: la entrada que es con una clave, no cuentan con recepcionistas, no tienen room service… ni un gran número de servicios y atenciones que deberían tener este tipo de hoteles, aunque su decoración y ubicación si cuadren dentro del concepto boutique.
El cliente que busca alojarse en un hotel boutique quiere encontrarse con un trato personalizado y único, donde se encuentre arropado por el personal para cualquier necesidad que solicite. Además, la decoración de las zonas comunes y habitaciones tiene que ser exquisita, sus vistas espectaculares, su localización —ya sea en una gran ciudad o un pequeño pueblo de la sierra—, deben ser únicas y lo más importante es que cuiden su intimidad mientras esté alojado.
El sumatorio de todas estas características es lo que hace que un hotel pueda ser catalogado como boutique.
Se debería de controlar la utilización de esta catalogación, pues es un segmento de hoteles en el que está creciendo cada vez más la demanda y nos encontramos que no todos cumplen las expectativas que los clientes tienen cuando reservan.
*Ricardo Zapata García es Técnico y especialista en Turismo