Después de cinco meses de tira y afloja entre el trío Spirit – JetBlue – Frontier, parece que Spirit se ha decidido. La aerolínea amarilla ha dejado tirada a Frontier y ha resuelto fusionarse con JetBlue. Según el acuerdo preliminar, JetBlue comprará Spirit por 3.800 millones de dólares (algo más de 3.750 millones de euros).

El acuerdo de compra aumenta la presencia de JetBlue en el panorama aéreo, sobre todo americano, acelerando su plan de crecimiento. Además, ofrece a sus clientes más opciones en cuanto a destinos, ya que JetBlue aprovechará las redes y flotas —juntas sumarán un total de 458 aviones— con las que cuenta Spirit. Según las programaciones anunciadas para la temporada de invierno, JetBlue alcanzará ahora los 1.700 vuelos diarios a más de 125 destinos en 30 países.
 


Concretamente, con esta operación JetBlue incrementará su presencia en ciudades estadounidenses clave como Fort Lauderdale, Orlando (Florida), San Juan (Puerto Rico) o Los Ángeles (California); así como en los hubs de las cuatro grandes aerolíneas de Estados Unidos (American Airlines, Delta, United y Southwest), como Las Vegas (Nevada), Dallas, Houston (Texas), Chicago (Illinois), Detroit (Michigan), Atlanta (Georgia) y Miami (Florida).

Como en todo este tipo de operaciones, la adquisición de Spirit por parte de JetBlue se encuentra sujeta a la aprobación de las autoridades antimonopolio. De momento, ambas aerolíneas operarán de manera independiente hasta que se culmine la transacción. Una vez finalizada, la compañía resultante tendrá su sede en Nueva York y estará dirigida por Robin Hayes, actual CEO de JetBlue.