Los aeropuertos de Alemania han habilitado centros para la realización de pruebas diagnósticas rápidas de COVID-19, unos test que no solo están disponibles para los germanos, sino para todos los pasajeros que llegan. Desde el pasado sábado 1 de agosto, todos los viajeros que arriben al país teutón tienen derecho a someterse, de forma gratuita y dentro de las 72 horas posteriores de su llegada, a estas pruebas, siendo un procedimiento voluntario para todos y obligatoria para los pasajeros procedentes de zonas de riesgo (entre las que se encuentran Aragón, Cataluña y Navarra), para los que, desde esta semana es obligatorio.

Una española que ha vivido en primera persona cómo funciona el procedimiento narra para Tourinews su experiencia. Claudia comenta que esta semana se desplazó a Austria para acudir a un festival de bares y restauración, y es que ella gestiona junto a su pareja el bar The Door en Karlsruhe (Alemania). Una vez de regreso al aeropuerto de Stuttgart, se ha sometido a un test PCR: “Como aterrizamos desde Austria, pues nos hicimos el test. No había cola ni nada, hemos tardado cinco minutos entre los dos”.

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“Te solicitan solamente tu tarjeta sanitaria y la tarjeta de embarque. Entras, te piden tu número de teléfono, te dan un papel y un test empaquetado individualmente. Entonces debes dirigirte hacia las personas que te lo hacen, que van forradas de arriba a abajo”, relata. Explica que primero "con un palillo te cogen una muestra en la garganta" — "te provocan arcadas cuando te tocan ahí atrás”, bromea—; luego, toman una segunda muestra nasal: “El mismo palillo te lo meten por la nariz. Es bastante incómodo, pero bueno”.

Una vez superada esta fase incómoda, llega el momento de recibir los resultados: “Te dicen que te descargues una aplicación, te dan un código de tu test, lo metes en la app y en ella te pone que acaba de ser realizado, que lo van a enviar al laboratorio y que, en cuanto estén los resultados, te los mandarán por la aplicación”.

Claudia destaca que está todo “muy bien organizado” y que no tardaron “nada de nada”, aunque cree que la brevedad se debe también a los pocos vuelos operados por el aeropuerto en ese momento. Por último incide en que nuestro país debería tomar nota del procedimiento alemán: “Ya podrían en España tomar ejemplo, porque a mí ni estando mala me hicieron el test ahí (en España) en el centro de salud”.
 

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Austria, la otra cara de la moneda

Asimismo, también narró lo sorprendida que se sentía al comprobar durante su estancia la actitud en Austria con respecto al Covid-19. “En Austria es como si nunca hubiera habido coronavirus, la gente va sin mascarilla a todos lados, ni en los taxis, ni en los restaurantes y los bares, ni en las tiendas de ropa, ni por la calle se la ponen, en ningún lado. Solamente en el aeropuerto y en el supermercado”, comenta.

“Estuvimos en un festival de bares y también había un montón de gente sin mascarilla, nada de distancia, como si nunca hubiera existido el virus. Estábamos alucinando”, concluye.