Desde hace diez años, la Ruta del Vino Ribera del Duero ha deleitado a los aficionados al turismo rural y a los ?vinófilos? amantes del buen vino. Ahora, y ante la inminente llegada de su cumpleaños, se planean nuevas propuestas de ocio cuya finalidad será expandirla, renovarla y atraer curiosos de cada rincón del mundo.

?Seguir trabajando por la excelencia turística?, ese será el principal objetivo de la Ruta en palabras de su presidente, Miguel Ángel Gayubo, que tiene el honor de ser uno de sus fundadores y de haber asistido a su evolución a lo largo de su primera década de vida.

Ello se traduce en una campaña de promoción de gran envergadura que incluye, por ejemplo, la creación de una nueva página web que publicite de forma amena las ofertas de cada establecimiento. Además, ya están en marcha iniciativas como la del ?bus del vino?.

Pero el turista estadounidense es el elemento fundamental de esta nueva etapa, un visitante que tiende a valorar positivamente las excelencias de la Ruta, la calidad del vino con Denominación de Origen Ribera del Duero. ?Vienen a probar el vino y se sorprenden cuando se encuentran con que el pueblo donde está la bodega tiene un patrimonio asombroso?.

En última instancia, la meta es aumentar el negocio en la zona a través de la afluencia nacional e internacional de visitantes y el aumento de la popularidad de la Ruta. Por extensión, también crecería el número de pernoctaciones y el gasto por persona, ?lo que repercutirá en un aumento de visitas a bodegas, establecimientos, recursos culturales y naturales?.

Lo que es innegable es que, en solo diez años, la Ruta de la comarca de Ribera del Duero, una de las más bellas de Burgos gracias a sus viñedos y a los pueblos circundantes, ha generado un impacto económico positivo que consigue incluso mitigar la despoblación de sus zonas rurales.