Tras sufrir una huelga en pleno fin de semana de Reyes (del 5 al 8 de enero) y no haber podido alcanzar un acuerdo laboral tras una semana de negociaciones infructíferas, Iberia ha decidido calmar los ánimos con los trabajadores de su filial de servicios de asistencia en tierra (handling), Iberia Airport Services. La compañía ha propuesto al comité de empresa un plan de viabilidad que incluye la creación de una nueva filial de handling, participada al 100% por su matriz —el holding hispano-británico IAG—, para mantener a la mayoría de sus empleados —unos 8.000—, así como una salida ‘dulce’ para 1.727 trabajadores.

Esta maniobra pretende conservar a los asalariados bajo el convenio actual y evitar su subrogación —rechazada frontalmente por los sindicatos— a las empresas ganadoras del último concurso de Aena, en el que la aerolínea sufrió un duro batacazo al perder la gestión en ocho de los principales aeropuertos del país —a excepción de Madrid-Barajas—.
 

 La nueva empresa es el vehículo para dar viabilidad al negocio, sin restar derechos a ningún trabajador”


Iberia asegura en un comunicado que comprende la incertidumbre que viven sus trabajadores, sin embargo, la compañía reitera que, para poder ofrecer “futuro”, tanto a los empleados de los aeropuertos con licencia como sin ella, es necesario que todos permanezcan “unidos” en una única y compañía. “La nueva empresa es el vehículo para dar viabilidad al negocio, sin restar derechos a ningún trabajador procedente de Iberia”. Para ello, la aerolínea pone como condición sine qua non que la futura filial de handling preste sus servicios a terceros. “Hay que tener en cuenta que, dadas las características del negocio, los márgenes son estrechos por lo que necesita un gran volumen que solo se puede alcanzar de manera sostenible prestando servicios a terceras compañías [...] El negocio necesita de volumen para su supervivencia”, insiste la compañía.

Bajas y jubilaciones


Asimismo, la ex aerolínea de bandera española incluye en su propuesta a los representantes sindicales la salida de 1.727 personas, mediante bajas incentivadas y prejubilaciones voluntarias. La desvinculación de estos trabajadores se llevaría a cabo de manera progresiva hasta el 31 de diciembre de 2026.

Respecto a las bajas incentivadas, la compañía detalla en un comunicado que podrían acogerse las personas trabajadoras menores de 56 años en el momento de la extinción del contrato. Por su parte, a las prejubilaciones voluntarias podrían acogerse aquellos empleados con 56 años o más cumplidos en el momento de la extinción de la relación contractual. Así, desde este momento y hasta cumplir los 65 años —teórica jubilación—, la empresa abonaría un complemento en 12 pagas anuales.