A primera hora del 7 de diciembre de 1941, el suboficial jefe de la Marina, Richard Clyde Higgins, estaba tumbado en su litera cuando cayeron las primeras bombas sobre Pearl Harbor. No dudó en ponerse en marcha para salvar el mayor número de aviones posibles de las oleadas de los bombarderos y de las llamas.

Tras una vida plena, la familia quiso que este héroe, fallecido el pasado 19 de marzo a los 102 años, tomase su último vuelo a casa en un Boeing 737-900ER con matrícula N570AS y la librea especial creada por Alaska Airlines. Y no lo hizo solo, una gran comitiva conformada por autoridades, policías, bomberos y empleados de la aerolínea le despidieron en Portland (Oregón) y le recibieron en Los Ángeles (California). Durante todo el proceso, estuvo acompañado de sus familiares y de una amiga muy especial: la capitana del vuelo Adrienne Grechman.

Bomberos, policías y empleados de la aerolínea honraron al fallecido Foto Ingrid Barrentine

Bomberos, policías y empleados de la aerolínea honraron al fallecido Foto Ingrid Barrentine

Una intensa amistad


Cuando se propusieron trasladar a casa a Higgins, los familiares se pusieron en contacto con ella para pedirle ayuda de cara a ese último viaje entre Portland (Oregón) y Los Ángeles (California). La respuesta fue un rotundo sí, y es que a ambos les unía una fuerte amistad nacida en 2021.
 

La capitana Adrienne Grechman junto a Richard Clyde Higgins en 2021

La capitana Adrienne Grechman junto a Richard Clyde Higgins en 2021

Su primer encuentro tuvo lugar en un vuelo de Honolulu a Los Ángeles. La capitana estaba a cargo de este y, como es costumbre en ella, saludaba a los pasajeros personalmente. En seguida llamó su atención Higgins, quien portaba una gorra militar distintiva de Pearl Harbor, puesto que regresaba a casa tras haber recibido un homenaje por el 80 aniversario de los ataques a la base aérea. En seguida, se forjó un vínculo entre ambos, pues el padre de Grechman fue militar y su esposo fue piloto de F-18 de la Armada —hoy también es piloto de Alaska Airlines—.

Ahora, su gran amiga y sus compañeros de aerolínea, le han rendido su último homenaje. Sin duda, una gran forma de honrar a los que sirvieron a su país por parte de una compañía.