Adam Ainouz es uno de los cantantes que forma parte del talentoso elenco que da forma al show ‘Origen’ con el que la mítica Sala Scala de Gran Canaria ha vuelto a las noches del sur de Gran Canaria.
En una entrevista con Tourinews este artista repasa su trayectoria y desvela qué le convenció para unirse a este proyecto tan "diferente a todos los demás".
Pregunta (P): ¿Cuál es tu “origen”?
Respuesta (R): Yo soy medio sueco, medio argelino y he pasado por muchos países hasta llegar a España. Primero estuve en Dinamarca, donde hice mi carrera de música en la The Royal Danish Academy. Luego llegué a Barcelona con un Erasmus. Solo iba a quedarme un año y luego tenía que volver a Dinamarca a acabar mi máster, pero ¿qué pasó? Pues que me enamoré de Barcelona, de España, de la gente, de la comida, la fiesta… Tuve proyectos musicales, tuve pareja y acabé viviendo en España y ya llevo 7 años por aquí, pasando por Barcelona, Ibiza y, ahora, Gran Canaria.
P: ¿Qué le sedujo para embarcarse en esta aventura de trasladarse a vivir y trabajar en Canarias?
R: Yo este último año y medio estuve trabajando en el West End de Londres. Allí hacía un show en Lío (Grupo Pachá), que también existe en Ibiza y Mallorca. Allí, en Londres, compartía piso con una bailarina, Raquel Caurín, conocida por bailar con Chanel en Eurovisión y que, ahora, también es coreógrafa. Ella es una de las coreógrafas en la dirección artística del proyecto Origen. Intentaba convencerme para unirme: me presentaba la música, me mostraba vídeos sobre cómo era la Sala Scala en los 80 y cómo el escenario subía y bajaba, la fuente… Me presentaba el proyecto cada día por casa y yo, en principio no tenía ningún plan de dejar Londres, pero me vendió la moto muy bien [risas]. Me convenció. Tenía muchas ganas, no me podía resistir.
P: Todo el equipo tiene un bagaje muy diverso, ¿cómo se combina todo en un espectáculo ligado a raíces canarias?
R: A mí me ha sorprendido mucho lo bien que se ha integrado todos los factores en este proyecto. Hay artistas de circo, cantantes, bailarines… tantas disciplinas tan dispares, pero con muchísimo cuidado han juntado todo para que parezca una unidad. No es una sucesión inconexa de números de circo, una canción o un número de baile, sino que todo está integrado en un show que hacemos todos juntos y cuenta una historia, que es la de Canarias. Está tan trabajada que no se ve nada dispar, sino una historia muy bonita.
P: ¿Cuántas horas de trabajo hay detrás de un espectáculo así?
R: Cada artista tiene una vida de preparación detrás; una vida de estudios, de haber cantado y bailado. Se suma el trabajo de los directores, que llevan dos años preparando la historia, el show y el concepto. Y, ahora, nosotros llevamos tres meses ensayando juntos.
P: ¿Cómo se vive esta experiencia músico-gastronómica desde el escenario?
R: Yo, prácticamente, solo he trabajado en dinner-shows (espectáculos con cena) y te digo que este es diferente a todos los demás. Nunca he tenido tanto la sensación de estar en un teatro como en la Sala Scala. Hemos dividido el show en cuatro píldoras y la comida se sirve en los intermedios y durante el show tiene el cien por cien de la atención de la audiencia. Todo el mundo está mirando y escuchando, atentos como nunca antes. Luego, sale otro plato y siguen comiendo. Hay un teatro y un restaurante, pero en el mismo lugar.
P: ¿Qué encontramos en este espectáculo, en este lugar, que lo haga diferente?
R: Esa sensación de teatro es mágica. Hay pocos escenarios como este en España y en el mundo. Estuve un par de años, en Las Vegas y es famosa por justamente por sus escenarios y los avances técnicos, y Scala se puede comparar con cualquier escenario de esa ciudad. Es muy fuerte.