Millones de personas se desplazan cada día, siendo los principales puntos neurálgicos de tráfico los aeropuertos y las estaciones de trenes y autobuses. Al igual que sería inimaginable que este tipo de infraestructuras no contasen con servicios como baños públicos o consignas, cada vez se hace más imprescindible que cuenten con desfibriladores externos automáticos.

Gracias a uno de estos aparatos, se salvó la vida de un hombre de 67 años que sufrió una parada cardíaca el pasado 26  de noviembre a las 20:00 en la estación de autobuses de Córdoba. La rápida intervención de un empleado y dos vigilantes de seguridad de la estación, junto con la colaboración de un estudiante de medicina fue fundamental para salvar la vida de este pasajero.

Precisamente, el pasado septiembre la compañía de autobuses ALSA anunciaba la implementación de Desfibrilador Operacional Conectado (DOC) en todas las estaciones en las que opera y justamente uno de estos aparatos ha sido fundamental para salvar la vida de este señor cuya familia ha agradecido la ayuda y ha asegurado que sus salvadores son "unos verdaderos profesionales que gestionaron la situación con la máxima rapidez y eficacia y que al mismo tiempo tuvieron un trato humano y cariñoso con ellos, haciéndoles sentir apoyados y protegidos en ese angustioso momento".

La disponibilidad del desfibrilador en la estación de autobuses de Córdoba, unida a la perfecta actuación y gran profesionalidad de los trabajadores de este espacio cardioprotegido, resolvieron con éxito esta situación crítica, permitiendo salvar una vida. 

Y no se trata del primer caso en el que un desfibrilador es fundamental a la hora de salvar una vida. El pasado septiembre el personal de Apartamentos Casablanca, en Puerto de la Cruz (Tenerife), salvó la vida a un turista británico de 56 años gracias al correcto uso de un desfibrilador semiautomático.

Un servicio más que necesario

Según las estadísticas, en España fallecen en torno a 100 personas al día por parada cardiaca, algo evitable en la mayoría de los casos por medio del masaje cardíaco y el uso del desfibrilador, que aumenta hasta el 90% las posibilidades de sobrevivir a una patología cardiaca grave si se atiende al afectado en los dos primeros minutos. 

Por ello, la presencia de desfibriladores ya es obligatoria en espacios públicos, hoteles y otros establecimientos en algunas comunidades autónomas como es el caso de de Andalucía, Canarias, Cataluña y País Vasco. Madrid se unido recientemente también a esta iniciativa. Además, Asturias y Galicia están trabajando en nuevos decretos que regulen la obligación de instalar desfibriladores. Sin embargo, el Real Decreto 365/2009 que establece el uso de estos aparatos da total libertad a que cada región regule la exigencia de que los lugares públicos cuenten con dichos dispositivos.

Incidentes como los relatados ponen de manifiesto la importancia de que estas instalaciones turísticas estén equipadas correctamente con desfibriladores semiautomáticos y tengan personal formado para su correcto uso.