Los hoteles turcos están sufriendo más este verano para poder llenar sus habitaciones, según las últimas estadísticas compartidas por la Asociación Hotelera de Turquía (TÜROB).

Las tasas de ocupación durante el mes se situaron en el 67,3%, cinco puntos porcentuales por debajo de 2022 y ocho puntos por debajo de 2019. En julio, la tarifa media diaria (ADR) fue de 168,43 euros y un RevPAR medio de 113,43 euros.

Cae en destinos tradicionales 


La caída de la ocupación está encabezada por Estambul, que se anotó una ocupación del 73,3%. Antalya también ha visto como cae su tasa y solo ha podido llenar un 70,5% de sus plazas durante el mes de julio, aunque el ADR y el RevPar sí que han aumentado significativamente.

En contraste, la ocupación sí que creció muy significativamente en Ankara y en Anatolia Central, aunque en ellas el punto de partida era más bajo.

También la tendencia es negativa en el acumulado de 2023, con una tasa de ocupación del 56,1% (fue del 63,3% en el mismo período de 2022 y del 65,1% en 2019). Por su parte, el precio medio diario de las habitaciones fue de 128,71 euros y el ingreso por habitación fue de 72,21 euros.

Múltiples causas


La presidenta de TÜROB, Müberra Eresin, ha destacado que “el enorme aumento” del alquiler vacacional no registrado ha tenido “un grave impacto negativo” en las cifras de ocupación hotelera, pero subraya que “no es el único culpable”. “Sería una evaluación errónea considerar que las casas de alquiler por días son la única razón del desangrado de los hoteles”, afirmó.

Otro de los desencadenantes apuntados por Eresin son el impacto de las elecciones presidenciales en el comportamiento de la demanda. Asimismo, y tal y como advertía el CEO de Bentour recientemente, el aumento de las tarifas para paliar la alta inflación también ha retraído la demanda. “El aumento de los costes energéticos, los gastos de personal y los costes del suministro de materiales, especialmente de alimentos, también aumentan los precios de las habitaciones”, ha recalcado.