Los baños en el mar son una norma en verano, ya sea por hacer unos largos, refrescarse o jugar con las olas. En ocasiones, mientras se realizan estas actividades es habitual tragar agua. Aunque, en realidad, no solo se ingiere agua salada, sino que también compuestos químicos como cloruro de sodio y magnesio, cientos de microorganismos desconocidos o, incluso, esperma de cnidarios (medusas) o ctenóforos, unos animales acuáticos muy similares a las medusas.
Estas conclusiones se desprenden de una investigación liderada por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), que está enmarcada en el proyecto europeo BioMarKs, que tiene como objetivo estudiar la diversidad de los organismos unicelulares eucariotas, aquellos que poseen un núcleo diferenciado.
Para poder realizar la investigación, los científicos muestrearon columnas de agua y sedimentos de entornos con oxígeno y sin oxígeno en las costas de Oslo (Noruega); Roscoff (Francia); Gijón y Blanes (España); Nápoles (Italia); y Varna (Bulgaria). A su vez, las muestras se filtraron en función al tamaño de los microorganismos y, a posteriori, se les extrajo el material genético.
En estas muestras se detectó material genético procedente del esperma de algunos metazoos con fecundación externa, como los ctenóforos y cnidarios (medusas). Además, se halló más esperma en las muestras sin oxígeno (un 33%) que en las que sí tenían. Tal fue la cantidad de esperma detectada, que los científicos llegaron a la conclusión de que puede suponer un potente alimento para microorganismo o zooplancton.
Los investigadores también hallaron una gran presencia del gen 18S, presente en las células eucariotas, que sirve para identificarlas. En este sentido, se descubrió que gran parte de este gen pertenecía a organismos no identificados, concretamente a acelmorfos, platelmintos, quetognatos y nematodos. De hecho, los científicos identificaron un nuevo grupo de urocordados y llegaron a la conclusión de que existen al menos 8,5 millones de especies animales sin identificar. Tan solo se conocen 1,5 millones.
