Son múltiples los beneficios de realizar actividades al aire libre, pero el medio natural también entraña riesgos, más si se trata de zonas pobladas por grandes depredadores. Tristemente, esto último es lo que ha sucedido en Caldes, en la región alpina de Trentino, al norte de Italia, donde un oso se ha cobrado la vida del atleta Andrea Papi.

El corredor de montaña, de 26 años, se encontraba corriendo en esta zona, reconocida por ser un importante centro de deportes de invierno, cuando fue atacado por el animal. Tras una búsqueda, su cuerpo fue hallado durante la madrugada del 6 de abril con evidentes muestras de haber sufrido heridas mortales por el ataque de "un animal salvaje grande".

El ataque ha abierto un debate sobre los proyectos de protección de osos. "Hay demasiados ejemplares, hay que reducirlos", ha aseverado Maurizio Fugatti, presidente de Trentino, quien en un comunicado ha declarado que mantendrá reuniones con el Ministerio de Medio Ambiente para pedir un cambio en la gestión de los grandes carnívoros en la región. Se estima que, actualmente, habitan la zona más de 100 ejemplares.

Maurizio Fugatti, presidente de Trentino

Maurizio Fugatti, presidente de Trentino
 

Por el momento, las autoridades buscan al ejemplar que atacó a Papi para sacrificarlo, al considerarle “peligroso para la seguridad pública”.

Si bien los ataques de los úrsidos no son muy comunes, la mayor presencia de humanos practicando actividades de senderismo, trail o ciclismo en las montañas está provocando que los encuentros sean más comunes y puedan terminar en finales trágicos como este.