El impacto de la pandemia de Covid-19 que ha llevado a la mayor parte de la flota de aviones a permanecer en tierra durante muchos meses, ha provocado que el fenómeno del flygskam (vergüenza de volar) ha quedado relativamente olvidado, sin embargo, sigue estando muy vivo en su lugar de origen: Escandinavia.

Tal y como informa Travelnews, tres partidos políticos del municipio Gotemburgo (que incluye a la segunda ciudad más poblada de Suecia) han propuesto la prohibición de la publicidad de aerolíneas.

El Partido de la Izquierda (Vänsterpartiet), el Partido Verde (Miljöpartiet) e Iniciativa Feminista han presentado una proposición para impedir la promoción del transporte aéreo, las compañías de gasolina o los coches que funcionan con combustibles fósiles en los soportes de publicidad exterior que gestiona el Ayuntamiento, como es el caso de las paradas de transporte público. Las formaciones políticas defienden que no se debería incentivar el consumo de productos que dañan el medioambiente.



 

Charlotte Holmbergh Jacobsson, directora de Comunicación de la aerolínea Norwegian para Suecia, ha calificado esta medida como “una propuesta completamente idiota” y una “mala broma”, aseverando que la aviación es “extremadamente importante” para mantener vivo y accesible el país.

Por su parte, el analista de aviación Jan Ohlsson defiende que se trata de una propuesta basada en “fundamentos falsos”, aclarando que la aviación solo supone el 1% de las emisiones. Sofi Cederlöf, responsable de marketing de Flygresor.se, define el tema como delicado desde el punto de vista constitucional, apelando a que supone una restricción de la libertad de expresión.