La introducción del español como asignatura en el plan curricular de Bachillerato en China, junto con el japonés, ingés y ruso, ha propiciado el éxodo al gigante asiático de numerosos profesores nativos. Estos cuentan con precedentes, ya que muchos de los maestros que se marcharon hace un par de décadas al país continúan en él. 

Según ha informado El Confidencial, en China imparten clases 1.200 profesores de idiomas, de los que entre 100 y 200 son nativos. Al respecto, Lu Jinghseng, coordinador nacional de la enseñanza del español ante el Ministerio de Educación chino, manifestó que en las universidades se estima una demanda de cerca de 150 profesores en los próximos tres años, cifra que aumentará en el caso de los institutios debido a la introducción de nuevos idiomas en sus planes de estudios. 

De hecho, el español es una lengua en auge en el gigante asiático debido a los lazos comerciales que mantiene con Hispanoamérica o España. En esta línea, España ha puesto de su parte para reforzar estos vínculos a través de la visita, por ejemplo, de Darío Villanueva, presidente de la Real Academia de la Lengua, con motivo de la inauguración del primer centro de estudios de la lengua en Shanghái. 

Mientras, Alberto Sánchez, coordinador docente del Instituto en Shanghái, destaca el aumento de los estudiantes chinos de español: "Si en 2008 había un total de 6.000 alumnos, en 2018 se estiman alrededor de 40.000". A su vez, cada vez "hay más escuelas que cuentan con el español entre las optativas", así como el número de certificados DELE (Diplomas de Español como Lengua Extranjera) ha pasado de 4.700 a 7.100 en los últimos dos años. 

La inclusión del español como asignatura del bachillerato constituye una salida de la crisis para los filólogos y maestros españoles. Algunos de ellos, como Claudia González Rallo, que colabora en una academia de idiomas, destaca el excelente trato que manifiestan los alumnos chinos hacia el profesorado, así como las largas vacaciones, de 4 meses, el alojamiento gratuito, las buenas condiciones o ambiente de trabajo. No obstante, algunos lamentan que el país haya endurecido las condiciones para conseguir un visado o permiso de residencia o las diferencias en los salarios entre los profesores nativos de español e inglés. Los primeros ganan cerca de 1.000 euros mensuales mientras que los segundos llegan a triplicar dicha cantidad.