“Viajar contra Putin”, esta es la propuesta lanzada por Marija Linnhoff, presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes Independientes de Alemania (VUSR, por sus siglas en alemán), que ya ha generado debate en el país.
Desde la organización lanzaron la idea de que el estado subvencione a los jubilados para que puedan alargar sus vacaciones en destinos cálidos durante el invierno —citan Mallorca (España) o Antalya (Turquía) como ejemplos—. De esta forma, argumentan, realizarían un menor consumo energético durante el invierno, época en la que puede escasear el gas para calefacción a consecuencia de la guerra de Ucrania.
“Si el Estado pagara un subsidio de 500 euros para estos viajes, por ejemplo, muchos ciudadanos optarían por esta opción y podrían reducir el consumo de calefacción local, aseveró en declaraciones a Rheinische Post. “Viajar contra Putin es mejor que congelarse por culpa de Putin", aseveraba.
La presidenta del comité de turismo del Bundestag, Jana Schimke, se muestra reacia a una medida que podría llegar a costar 10.000 millones de euros y cuyo impacto positivo es difícilmente cuantificable.