Ayer, domingo 21 de junio, las fronteras españolas se abrieron a la llegada de ciudadanos de la Unión Europea y de Reino Unido —anteriormente sólo se podía entrar por causas excepcionales como trabajo o enfermedad de un familiar—. La red de aeropuertos española recibió un centenar de vuelos en su primera jornada, pero con el restablecimiento de los programas aéreos, la cifra irá creciendo.

Ante el desafío que supone evitar que los 50 aeropuertos internacionales con los que cuenta el país se conviertan en la puerta de entrada de nuevos casos del Covid-19, se ha implantado un triple control de viajeros, tal y como informa el diario Cinco Días.

Todos los extranjeros que lleguen a España vía aérea deberán someterse a un control de temperatura (con cámaras termográficas que han sido instaladas), un control visual y tendrán que cumplimentar un formulario (Passanger Location Card, PLC) en el que declaran si tienen síntomas o si han padecido el Covid-19. En caso de no superar cualquiera de estos trámites, serán examinados por un médico que podrá derivarlo al sistema sanitario de la comunidad autónoma correspondiente.

Así, tanto en los aeropuertos como en los puertos del país se ha desplegado un grupo de 600 profesionales entre los que se incluyen 150 médicos y enfermeras.

Estas cifras podrían aumentar aún más a partir del 1 de julio, tal y como ha declarado el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. Incide en que en esa fecha se espera un mayor incremento en la entrada de turistas y que para evitar aglomeraciones será necesario reforzar aún más el personal. Las “medidas sirven para garantizar la seguridad de quienes nos visitan”, ha aseverado, aunque ha aclarado que también afectarán a los viajeros nacionales.

Ábalos visitó el sábado junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde recorrieron las zonas de facturación, embarque y recogida de equipajes para comprobar la implementación de las medidas.