Que el de este año está siendo un verano atípico no es nada nuevo. La crisis del Covid ha supuesto un revés para la actividad turística y, por ende, para los destinos que más dependen de ella. En Canarias, por ejemplo, la máquina turística funciona a marchas forzadas gracias al turismo nacional, especialmente al local, que representa a uno de cada tres turistas que visitan las islas. En el caso concreto de Gran Canaria, otro tercio de los visitantes es de nacionalidad alemana, principal mercado emisor para esta isla. 

Según ha informado Canarias 7, el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, José María Mañaricúa, señaló que, de esta manera, se están cumpliendo las previsiones: "Este es el verano de turismo local. La demanda internacional sigue siendo bajita, pero todos los mercados se complementan para ir abriendo hoteles progresivamente". 

Asimismo, enfatizó que, a medida que la situación epidemiológica mejore "habrá más turistas" y viceversa, por lo que cualquier paso atrás en la lucha contra el virus sería fatal para el archipiélago y su economía. "La incertidumbre sigue siendo total", aseveró. Por el momento, el 50% de los hoteles que se vieron obligados a cerrar el pasado marzo, por el estallido de la pandemia, ha reabierto sus puertas. 

Conexiones

La recuperación del turismo local también se refleja en la programación de los aeropuertos canarios. Así, las islas cerraron la primera semana de agosto con 250 vuelos interinsulares al día, mientras que las navieras confirmaron que han recuperado alrededor del 80% del flujo de pasajeros de 2019. En cuanto a los vuelos nacionales, se registraron cerca de un centenar diarios la semana pasada, lo que se traduce en unas 17.000 plazas. 

Los datos de las conexiones internacionales no son tan halagüeños debido, en parte, a la decisión de Reino Unido de imponer la cuarentena a los viajeros procedentes de España. Algo que ha llevado al gigante turístico TUI y al touroperador Jet2 a retrasar sus vacaciones en las islas, aunque se espera que las reactiven tan pronto como el ejecutivo británico retire esta medida. Y es que con la llegada de británicos la ocupación en alojamientos turísticos superaría el 60%, sin estos turistas se quedaría en un 50% de media, una ausencia que notarían más islas como Tenerife y Lanzarote, donde el turismo británico representa el 40% del total.