Los taxistas y empleados de coches de alquiler que ofrecen sus servicios en el aeropuerto de Ibiza han alzado su voz en contra de los taxistas "piratas".
El martes la Guardia Civil realizó un control de tráfico a la salida y entrada de la instalación para detectar vehículos que pudieran estar desarrollando la actividad ilegal. Además de esto, una unidad de la Policía Local de Sant Josep se instaló frente a la cola de taxis legales en la terminal para controlar el tráfico. Según los agentes "este año han aumentado los taxis pirata" y "desde hace años esta situación no hace más que aumentar". De hecho, señalan que este verano se ha detectado "el doble que el anterior".
En cuanto a la nacionalidad de los piratas, aunque en otros años eran casi en exclusiva personas de Europa del Este, "se nota mucha más presencia de sudamericanos". Los clientes son en su mayoría británicos a los que captan "donde pueden", incluso "en la propia cola de taxis".
La forma de operar para no ser detectados consiste en elegir a los viajeros y llevarlos al lugar más alejado del aparcamiento, donde nadie les ve. Allí es donde negocian el precio del trayecto.
Según los taxistas de la zona, se ha observado una evolución en la forma de actuar. La mayoría viste como un turista para camuflarse y pasar desapercibidos.