La situación política de Turquía parece estar lejos de estabilizarse y ahora el turismo ha pasado a tener un papel más relevante si cabe en las relaciones con Alemania.

Katja Kipping, líder del partido alemán Die Linke (La Izquierda) ha realizado una llamada pública para que los turistas alemanes dejen de visitar Turquía como medida de presión frente a las políticas del actual presidente turco, Tayyip Recep Erdogan. 

Se trata de un paso más en la preocupación desde el país germano sobre las medidas de Ankara. El establecimiento del estado de emergencia tras el Golpe de Estado, la reforma constitucional que conferirá mayores poderes al presidente otomano o el encarcelamiento de un periodista alemán son vistos como una amenaza desde Europa.

Kipping, aseguró que si el gobierno de Merkel sigue manteniendo relaciones con Erdogan, los ciudadanos deben pasar a la acción: "Si el gobierno federal une lazos con un dictador, debemos pensar en un boicot del turismo".
No obstante,  la política de izquierda alemana precisó que no es su objetivo dañar a la población del país otomano, que merece las visitas, pero creen que esta medida de presión puede encaminar al país a respetar la democracia y los derechos humanos. 

En 2015,  3,75 millones de alemanes visitaron Turquía, siendo uno de los principales mercados emisores del país mediterráneo.