Opinión
Hotel Sitting: la nueva tendencia para proteger y mantener los hoteles de temporada
El hotel sitting consiste en dejar a cargo de la propiedad, durante el periodo en que el hotel permanece cerrado, a una o varias personas de confianza
En destinos turísticos como las Islas Baleares o la costa española, muchos hoteles funcionan de manera estacional, abriendo sus puertas solo durante los meses de mayor afluencia turística. Sin embargo, durante los meses de cierre, las instalaciones quedan vacías, lo que plantea un desafío para los propietarios: ¿cómo mantener la seguridad, el mantenimiento y la imagen del hotel durante la temporada baja?
Aquí es donde entra en juego el concepto de hotel sitting, una práctica cada vez más extendida entre hoteleros que buscan cuidar su inversión de manera eficiente y sostenible.
¿Qué es el hotel sitting?
El hotel sitting consiste en dejar a cargo de la propiedad —durante el periodo en que el hotel permanece cerrado— a una o varias personas de confianza, conocidas como sitters. Estos pueden ser profesionales contratados, empresas especializadas o incluso parejas y familias con experiencia en hostelería, que viven temporalmente en el hotel y se encargan de su vigilancia y mantenimiento.
10 ventajas del hotel sitting para los hoteleros
- Seguridad continua: La presencia de personas en el hotel disuade posibles robos, ocupaciones ilegales o vandalismo. Los sitters actúan como una medida preventiva las 24 horas
- Mantenimiento básico garantizado: Se vigilan las instalaciones, se revisan sistemas eléctricos, fontanería, climatización y se detectan problemas antes de que se agraven.
- Reducción de costes de vigilancia: Frente a contratar seguridad privada o servicios de mantenimiento constantes, el hotel sitting suele ser una opción más económica y flexible.
- Control del consumo energético: Los sitters gestionan el uso racional de energía, ventilación y climatización, evitando la degradación del ambiente interior o la aparición de humedades.
- Cuidado del entorno exterior: Se pueden realizar tareas básicas en jardines, terrazas o zonas de piscina, evitando el deterioro de las áreas comunes durante los meses de cierre.
- Gestión de entregas y proveedores: El hotel puede seguir recibiendo material, correspondencia o mantenimiento programado sin necesidad de desplazar a su equipo fijo.
- Supervisión frente a inclemencias meteorológicas: En zonas costeras o insulares, donde los temporales pueden causar daños, los sitters permiten una reacción inmediata ante fugas, inundaciones o cortes de luz.
- Preparación anticipada de la reapertura: Antes de la temporada, los sitters pueden ayudar en tareas de limpieza, revisión de inventarios o pequeñas reparaciones, reduciendo el tiempo de puesta a punto.
- Imagen y reputación del hotel: Un hotel bien cuidado durante todo el año proyecta una imagen de profesionalidad y atención al detalle, incluso en redes sociales o inspecciones imprevistas.
- Tranquilidad para el propietario: Saber que la propiedad está en manos de profesionales responsables permite a los hoteleros concentrarse en la gestión estratégica o en otras inversiones.
Prácticas habituales en el hotel sitting en Baleares y zonas de costa
- Presencia residencial: los sitters suelen residir en un área del hotel, utilizando las zonas comunes lo mínimo necesario.
- Rondas de inspección periódicas: revisión de habitaciones, tejados, depósitos de agua, sótanos y sistemas eléctricos.
- Informe mensual o quincenal: los sitters envían reportes con fotos y observaciones al propietario o al gestor del hotel.
- Coordinación con proveedores locales: electricistas, fontaneros o empresas de limpieza que colaboran en el mantenimiento durante el cierre.
- Supervisión de obras o mejoras: algunos hoteles aprovechan la temporada baja para hacer reformas menores; los sitters supervisan el acceso y el estado de las obras.
- Gestión sostenible: se prioriza la ventilación natural, el ahorro energético y la reducción de residuos, alineándose con la tendencia hacia la hotelería ecológica.
El hotel sitting se ha convertido en una solución práctica, económica y segura para los hoteleros que buscan proteger su inversión durante los meses de inactividad. En lugares como Mallorca, Menorca, Ibiza o la Costa del Sol, donde la estacionalidad marca el ritmo de la actividad hotelera, contar con un servicio de hotel sitting no solo garantiza la conservación de la propiedad, sino que contribuye a una reapertura más ágil y rentable cada año.
Y puede ser una alternativa habitacional para muchas personas, parejas y familias en zonas turísticas de cara a reducir sus costes de alojamiento durante más de 6 meses al año.
*Jesús Menéndez López es CEO de Hotel Mystery Guest. Cuenta con MBA en Gerencia y Dirección hotelera por la Universidad Politécnica de Madrid y ha realizado estudios en UCC (University College Cork, Irlanda).
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