Opinión
El equilibrio de Nash y su aplicación a las cadenas hoteleras en España
Entender este equilibrio no solo ayuda a los economistas y reguladores a anticipar movimientos, sino que también permite a los directivos diseñar mejores estrategias para competir
En el campo de la teoría de juegos, el equilibrio de Nash es uno de los conceptos más importantes para analizar cómo toman decisiones racionales los agentes económicos cuando sus elecciones dependen de las acciones de otros. Aplicado a la competencia empresarial, este principio puede ofrecer una poderosa herramienta para entender el comportamiento estratégico de las cadenas hoteleras en España, un sector clave para la economía nacional.
¿Qué es el equilibrio de Nash?
El equilibrio de Nash, propuesto por el matemático John Nash en 1950, describe una situación en la que ningún jugador puede mejorar su resultado eligiendo una estrategia diferente, si los demás jugadores mantienen sus decisiones actuales. Es decir, todos los jugadores (en este caso, empresas) están haciendo lo mejor que pueden dado lo que hacen los demás.
Este equilibrio no implica necesariamente una solución óptima para todos, sino una en la que ninguno tiene incentivos individuales para desviarse unilateralmente.
Competencia en el sector hotelero: una visión estratégica
El mercado hotelero español, especialmente en destinos como Barcelona, Madrid, Sevilla, Baleares y la Costa del Sol, es altamente competitivo. Las grandes cadenas como Meliá, NH Hotel Group, Barceló, Riu y Eurostars, entre otras, compiten en múltiples frentes: precios, localización, calidad del servicio, fidelización de clientes, sostenibilidad y reputación online.
Estas empresas no toman decisiones en el vacío. Cuando, por ejemplo, M decide reducir el precio de una habitación en una zona de alta densidad turística, esta acción puede desencadenar una reacción por parte de N o B para mantener su cuota de mercado. Este es un claro entorno de juego estratégico donde el equilibrio de Nash puede ayudarnos a entender el resultado más probable.
Ejemplo de equilibrio de Nash en cadenas hoteleras
Imaginemos dos cadenas que operan en Palma de Mallorca durante la temporada alta: Cadena M y Cadena B. Cada una puede elegir entre dos estrategias: precio alto o precio bajo. Si ambas eligen precio alto, obtienen márgenes elevados, pero con menor ocupación. Si ambas bajan el precio, la ocupación sube, pero los márgenes se reducen. Si una baja y la otra mantiene precios altos, la de precio bajo captura mayor cuota de mercado.
En este escenario, puede surgir un equilibrio de Nash donde ambas cadenas eligen precios bajos. Aunque no es el resultado óptimo conjunto (podrían ganar más si cooperaran en mantener precios altos), ninguna tiene incentivo para cambiar unilateralmente de estrategia, ya que eso significaría perder competitividad.
Este tipo de competencia es similar al dilema del prisionero: aunque cooperar (precios altos) es mejor para ambas, la falta de confianza y la búsqueda de ventaja individual las lleva a un equilibrio subóptimo.
Estrategias para salir del equilibrio subóptimo
Las cadenas hoteleras en España han desarrollado mecanismos para intentar romper este tipo de equilibrios negativos:
- Programas de fidelización: al aumentar la lealtad de los clientes, disminuyen la sensibilidad al precio.
- Diferenciación de marca: ofreciendo experiencias únicas, servicios personalizados o un enfoque sostenible.
- Acuerdos tácitos o señales de precios: aunque la colusión explícita está prohibida, las empresas pueden utilizar señales para coordinar comportamientos sin violar la ley.
- Uso de tecnología y big data: ajustando dinámicamente precios y servicios según la demanda y la competencia.
El equilibrio de Nash ofrece una poderosa lente para analizar el comportamiento competitivo de las cadenas hoteleras en España. Aunque no siempre conduce al mejor resultado colectivo, refleja con precisión cómo operan las empresas en un mercado donde cada decisión depende de la estrategia del otro.
Entender este equilibrio no solo ayuda a los economistas y reguladores a anticipar movimientos, sino que también permite a los directivos diseñar mejores estrategias para competir con inteligencia, innovar y, cuando es posible, transformar la lógica del juego.
*Jesús Menéndez López es CEO de Hotel Mystery Guest. Cuenta con MBA en Gerencia y Dirección hotelera por la Universidad Politécnica de Madrid y ha realizado estudios en UCC (University College Cork, Irlanda).
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