Opinión

Capacidad de carga: ¿Cuántos turistas caben en Canarias?

Empecemos ya a gestionar el Turismo y el reto demográfico de una vez por todas

Recordemos que anteriores Presidentes de Canarias nos habían explicado la capacidad de carga como una cifra estática y universal, una especie de aforo limítrofe con el Apocalipsis: “Las Islas son como un barco, si entran más pasajeros de los que caben puede haber problemas de ocupación y hasta puede terminar hundiéndose” (Paulino Rivero, 23.12.2010).

En este post vamos a darle al concepto un enfoque opuesto a esta visión algo simplona del planificador: de estático nos vamos a ir a dinámico; de unidimensional a multidimensional; y de regional a local-insular. Veámoslo en base a una exposición que presenté hace unos días en el X Foro Internacional de Turismo de Maspalomas Costa Canaria.

¿Cuántos turistas cabe en Canarias? ¿Cuál es la población máxima?

A partir del año 2011, Canarias fue registrando aumentos importantes de visitantes, vinculados a desvíos de otros destinos por la Primavera Árabe. Año tras año, hasta 2017, se fueron estableciendo nuevos récords de turistas, lo cual llevó aparejado un aumento de la actividad económica. A la misma vez, también fue aumentando la insatisfacción del residente por el aumento de congestiones en determinadas infraestructuras (p. ej. autopista TFE-Sur).

Turistas extranjeros en Canarias 1985-2022

Si bien esto no es comparable con el fenómeno del “overtourism” surgido en ciudades urbanas aprox. a partir del 2015 (p. ej. Barcelona o Ámsterdam), sí es un fenómeno importante de “percepción de saturación”, el cual, ha hecho apuntar a todos hacia el Turismo, al ser el único motor económico relevante de Canarias. Después del parón de actividad por la pandemia (que no fue aprovechado para intentar planificar este problema) volvemos a estar ante la misma situación. Tanto es que se ha conformado una comisión parlamentaria para el estudio del “reto demográfico”.  

1. ¿Cuál es el número máximo de turistas?

Últimamente vemos con cada vez más frecuencia en medios o debates televisivos la pregunta “¿cuántos turistas caben en las Islas?”, exponiéndose cifras al azar: 14, 15, 16 o 20 millones. ¿Es correcto cuantificarlo con los millones de turistas que nos visitan? ¿Es correcto apuntar hacia el Turismo como distorsionador del “equilibrio poblacional”? La respuesta a ambas preguntas es NO.

Foto: Antonio Garzón

En primer lugar, cuando hablamos de millones de turistas, los estamos midiendo por llegadas y justamente ese parámetro no nos sirve para medir una “presión poblacional” (flotante, en este caso), pues depende de cuánto tiempo se queden. Por ejemplo, 14 millones de turistas con una estancia media de 7 días suponen las mismas pernoctaciones que 7 millones de turistas con una estancia de 14 días. Las llegadas, por tanto, no nos sirven para cuantificar la carga.

¿Y si nos basamos en las pernoctaciones? Tampoco nos sirve este parámetro, pues el Turismo no es el único potenciador de flujos de población. Por ejemplo, vemos que en paralelo vienen a las Islas jubilados a residir, nómadas digitales como residentes temporales o permanentes y trabajadores foráneos para sectores como la construcción, al no encontrarse trabajadores entre la población local (habiéndose incluso ampliado las facilidades recientemente a la mano de obra extracomunitaria por la imposibilidad de cubrir las vacantes con residentes o comunitarios).

(Nota: Inicialmente, cuando se empezó a hablar de capacidad de carga en destinos turísticos en los años 80, el parámetro más utilizado para proyectarla fue la capacidad alojativa (número de camas del destino). Argumentando que de la población flotante vinculada a esas camas (turistas) se desprendía la población directa e indirectamente dependiente del Turismo, así como la inducida (la que le da servicio a ese volumen poblacional residente). Todo ello resulta lógico en una planificación poblacional a priori, antes del crecimiento del destino, pero no en una visión posterior en la fase de madurez, por lo que tampoco nos sirve este parámetro. El lector interesado encontrará más detalles sobre ello en el post “La capacidad de carga turística” (2011), durante varios años uno de los más leídos del blog).

Dejamos de enfocar, por tanto, solo la población flotante para apuntar a la población total: 

2. ¿Cuál es el máximo de población de Canarias?  

Las previsiones del INE proyectan la población residente de Canarias para el 2037 en 2,6 millones, lo que supondría un aumento en los próximos 15 años equivalente al que produjeron entre el 2000 y 2008 la primera moratoria y la burbuja inmobiliaria. Obviamente, la variable demográfica debe ser considerada en la futura planificación económica estratégica de Canarias.  

Evolución poblacional de Canarias de los últimos sesenta años

Multidimensionalidad

Si enfocamos la totalidad de la población, nos toparemos forzosamente con la evidencia de que no existe una capacidad de carga única, sino que hay varias, según el ámbito afectado. Las  principales cinco son la medioambiental, la infraestructural, la social (desde el punto de vista del residente), la psicológica (desde el punto de vista del turista) y la económica. Algunas son cuantificables de forma muy técnica y precisa (por ejemplo, en la capacidad infraestructural el indicador “depuración de aguas fecales” puede ser puesto en relación a un número de población), mientras que otras son aproximables a través de encuestas. Por ejemplo, la capacidad de carga social con encuestas periódicas a la población durante varios años y con varios rangos de respuesta (se recomienda 10), de manera que se puedan identificar variaciones, tal como propuso el Dr. Jafar Jafari (Doctor Honoris Causa de la ULPGC) en varias ediciones del Foro Internacional de Maspalomas Costa Canaria.


 

Hace algún tiempo, en el marco de mi proyecto de final de carrera, traté de aproximar la capacidad de carga de un destino a través del mínimo resultante del valor más bajo de los indicadores de cada una de las capacidades de carga (ver post del 2011). El problema identificado, en un contexto de un destino en avanzada fase de crecimiento, es que inevitablemente nos encontraremos que, al menos, una de ellas plantearía una restricción. Y todos sabemos que una vuelta atrás, cuando las capacidades están muy desarrolladas, es muy compleja. Es decir, sería como hacer la primera revisión a un coche a los 200.000 km.

Dinamismo

Durante la pandemia vivimos como los aforos de los restaurantes, transportes públicos, etc. iban variando por días o semanas en base a unos pocos indicadores (ocupación de camas UCI, índice de incidencia del Covid a 7 y 14 días, etc.). Si nos imaginamos eso mismo, pero con cientos de indicadores asociados, ya nos aproximamos a lo que significa la “capacidad de carga poblacional”. Esto ya nos indica que está en constante evolución, sea al alza o a la baja, y es imposible de cuantificar de forma estática.

 

Por tanto, la capacidad de carga de un destino no se proyecta en una cifra estática (fija en el tiempo), sino se deriva de forma dinámica de la interacción de múltiples variables. Más que obsesionarse en buscar una cifra fronteriza del Apocalipsis se trata de identificar todas las variables relevantes, entender su interacción y actuar en consonancia.

Visión local e insular

Obviamente, cada isla reúne características muy diferentes en todos los ámbitos de las capacidades de carga (infraestructuras, etc.), por lo que deben ser consideradas por separado. No se puede volver a cometer el mismo error de las moratorias turísticas, el instrumento de intervención urbanística más radical, aplicadas todas ellas por igual a todo el Archipiélago.

En definitiva, en vez de buscar esa cifra mágica estática que sirva de titular demagógico para alguna intervención radical, tipo moratoria turística o ley de residencia, se recomienda aproximar el “equilibrio poblacional” deseado, actuando sobre todos los tipos de capacidad de carga. Además de definiendo una política de contención del crecimiento, es decir, aproximar desde dos lados el equilibrio.

3. Aproximación bilateral del equilibrio  

Si el debate demográfico está sobre la mesa es porque, como mínimo, alguna de las capacidades de carga (p. ej. social y/o infraestructural) está(n) en desequilibrio. Asumiendo que, bajo las actuales circunstancias, el equilibrio estaría por debajo del actual volumen poblacional, la aproximación a ese equilibrio deseado debería llevarse a cabo desde ambos lados: por un lado, aumentando la capacidad de acogida y, por otro lado, reduciendo la presión poblacional.

Extracto de las 60 propuestas en el X Foro de Turismo de Maspalomas

Aumento de la capacidad de acogida

Aquí se trata de aumentar las capacidades de carga, por ejemplo, las infraestructurales y medioambientales. En el caso de las infraestructuras, como en el ejemplo de la autopista de TFE-Sur, inevitablemente será a través de la ampliación de la vía. También la capacidad de carga psicológica del turista puede ser ampliada, por ejemplo, en el diseño de los espacios públicos, evitando crear sensaciones de saturación. Este tipo de acciones no necesariamente tienen que ser grandes obras. En el caso del turista, con los criterios de colocación de hamacas en la playa o, en el anterior caso, de saturaciones de autopistas, a través de planificaciones de horarios de uso de las vías (como por ejemplo la propuesta de retrasar los horarios de la Universidad de la Laguna para descongestionar la autopista TFE-Norte).

El objetivo de estos aumentos de capacidades de carga no es tanto el poder acoger a más población, sino más bien el dar el servicio equilibrado a la que ya está presente.

Reducción de la presión poblacional

Esto suena mal, soy consciente de ello, pero tenemos que tratarlo. No hablamos aquí de denegar la entrada ni de expulsar a nadie, sino de utilizar los mecanismos de economía de mercado para influenciar la población a la baja. Es decir, que la contención poblacional forme parte de la gestión económica, pero sin crear aversión al turista o al residente foráneo. El ejemplo más claro está en la necesaria mejora de la empleabilidad del residente:

Canarias está atrayendo a muchos trabajadores foráneos por no ser capaz de formar a los residentes acordes a lo que el mercado exige. Aquí la solución no está en denegar el acceso a los trabajadores foráneos, tal como pretendía un Presidente de Canarias hace más de 10 años (eso sería fatal para la competitividad laboral y, por tanto, para la calidad ofrecida de nuestro sector turístico). La solución radica en mejorar de una vez por todas la empleabilidad del trabajador local, de manera que sea competitivo, tanto en su tierra como en el extranjero. Una mayor competitividad laboral (formación técnica + idiomas + actitud + disposición al servicio) garantizaría poder emplear a más canarios y precisar menos mano de obra exterior.

Curiosamente, durante los últimos días oímos propuestas que apuntan directamente a medidas más radicales, como una ley de residencia (de difícil encaje legal), sin haber recorrido antes pasos previos como la mencionada mejora de la formación. Eso sería tan absurdo como, por ejemplo, pretender aprobar una tasa turística (atracando el bolsillo de los turistas para financiar gastos corrientes), mientras a la vez se pierden más del 50% de los fondos aprobados por la UE por haber sido incapaces de ejecutarlos.

Conclusiones


En definitiva, no perdamos el tiempo en buscar esa cifra mágica y estática, limítrofe al Apocalipsis, pues no existe. Enfoquemos la cuestión desde una visión multidimensional (considerando los indicadores de las cinco capacidades de carga), dinámica (en permanente evolución) y local-insular.  Trabajemos en mejorar los índices de acogida de cada una de las capacidades de carga, mientras que incluimos la “variable demográfica” en nuestra gestión económica, enfocando una contención poblacional, pero siempre dentro de la economía de mercado y sin crear aversión al foráneo.

Y, en este contexto, la respuesta a la pregunta inicial “¿Cuántos turistas caben?” Obviamente sería: “Los que seamos capaces de gestionar”. Por tanto, empecemos ya a gestionar el Turismo y el reto demográfico de una vez por todas.

 

*Artículo publicado originalmente en el blog de Antonio Garzón, sitio web del autor, que es fundador y gerente de Nutrihotel (nutrihotel.com).

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