Si bien está todo el mundo científico trabajando en una vacuna segura contra el Covid-19, es probable que no podamos disfrutar a corto plazo de la completa tranquilidad, por lo que toca capear el "estado virus" aplicando al pie de la letra el protocolo sanitario canario, al menos, durante esta temporada de invierno.
A continuación relaciono diez cuestiones que son necesarias para esta situación de anomalía turística. Las primeras tres se corresponden con las premisas ineludibles de seguridad para el periodo prevacuna tratadas anteriormente:
1. Tests en origen y/o destino
El aeropuerto de Estambul (Turquía) se ha convertido desde el 1 de julio en una referencia mundial en la lucha contra el coronavirus a través de tests a los viajeros, contando con potencial para realizar 40.000 pruebas diarias, que son analizadas dentro de las instalaciones sanitarias del aeropuerto en dos horas a un coste de 14 euros. A finales de julio desde el portal Turama se auguraba: "Igual que se hizo en su momento con el uso de las mascarillas, seguimos [en España] empeñados en discutir la efectividad de este método de control, muy probablemente hasta que seamos los últimos en implementarlo y cuando ya nos llegue el agua al cuello". Y así ha sido.
Por otro lado, Madeira lleva haciendo desde el 1 de julio tests para todos sus visitantes (¡también los nacionales de la Península Ibérica!) y ha mantenido desde entonces bajos índices de casos. Los datos del pasado día 20 (según el CEST de Tenerife) apuntaban a que en Madeira la mitad de los hoteles estarían funcionando, con una ocupación entre 40% y 70% y con 56 casos activos, de los cuales 46 fueron detectados en el aeropuerto y confinados inmediatamente.
Los acontecimientos han demostrado que de nada sirve un confinamiento, llegando a tener tan sólo 1 caso por 100.000 habitantes en mayo, para volver a subir a más de 100 por no hacer controles de fronteras. Por tanto, los tests son necesarios para este periodo prevacuna, sean PCR o tests rápidos, tal como contempla el Proyecto Canarias Fortaleza.
2. Responsabilidad ciudadana
En ninguna de las crisis anteriores el ciudadano como individuo tuvo en sus manos incidir de forma tan directa, sea hacia el extremo positivo como hacia el negativo, como ha sido el caso en agosto. A pesar de los insistentes mensajes de concienciación, veo aún demasiados actos negacionistas o irresponsables para poder decir que la sociedad está actuando en su conjunto en una dirección (por ejemplo: partidos de fútbol con contacto, corredores en las avenidas o deportistas en gimnasios sin mascarilla, reuniones de muchas personas, etc.).
3. Protocolos estrictos
Si bien la mayoría de las empresas han implantado y mantienen estrictos protocolos de prevención, vale la misma premisa de actuación conjunta en una sola dirección que con la responsabilidad ciudadana. En este contexto adjunto aquí el enlace con los manuales de buenas prácticas del Laboratorio Turístico de Canarias, que abarcan toda la cadena de valores turística: Hoteles, Apartamentos, Hostelería, Comercios, Excursiones, Golf, MICE, Eventos deportivos, Puntos de interés turístico, Transportes, Turismo activo, Salud y Wellness, Playas y Piscinas Naturales.
Ante una inminente nueva apertura turística también es necesario definir con exactitud el protocolo para los turistas positivos y los trazados como contactos estrechos de éstos. El seguro de asistencia Covid de Canarias es un factor muy positivo que transmite tranquilidad al turista, siendo necesario definir también hoteles o centros ("Arcas de Noé") para aislar a los turistas positivos o trazados en cuarentena, tal como lo tiene implantado Madeira desde el mes de julio.
4. Ayudas públicas y captación de subvenciones
Las ayudas a empresas y ciudadanos son absolutamente necesarias durante la crisis y abarcan los ERTES, reducciones, aplazamientos o exenciones de impuestos sobre empresas y autónomos, créditos, moratoria de hipotecas, etc. Asimismo, son necesarios impulsos subvencionados de reactivación del turismo nacional, como por ejemplo los bonos turísticos italianos o los cupones turísticos de Portugal. Ya Andalucía y la Comunidad Valenciana han dado pasos en esta dirección. Todo esto, evidentemente, no es una carta gratuita a los Reyes Magos, sino que deberá ser pagado a posteriori, quizás durante dos o tres décadas, pero ahora se trata de sobrevivir.
En cuanto a la financiación (parcial) de estas ayudas, es importante para España ser ágil y no llegar tarde, habiendo quedado ya rezagada en las ayudas al Turismo por lentitud o simplemente por no haberlas pedido, a pesar de la urgencia. Esto es importante preverlo para la petición de los fondos de la UE (¡140.000M para España!), de manera que no nos quedemos en el porcentaje de ejecución de subvenciones de los últimos seis años, que fue sólo del 34% de las subvenciones que teníamos a disposición, siendo el país europeo que peor ha gestionado los fondos europeos.
5. Digerir las lecciones del Covid
El Covid nos ha dejado algunas lecciones que tenemos que integrar de forma permanente en la "nueva normalidad". En el ámbito económico ha reposicionado algunos conceptos:
- Dar al Turismo la importancia que merece: La crisis ha mostrado que en Canarias más del 80% de los empleos dependen de forma directa, indirecta o inducida del Turismo. La reciente campaña de concienciación de Promotur apunta, por primera vez de forma institucional, hacia estas cifras, que doblan las atribuidas habitualmente al sector (35% PIB /40% del empleo). Esto implica actuar en consonancia, p.ej. en cuanto a presupuestos para infraestructuras turísticas.
- No hay potencial de diversificación económica en Canarias: Dejemos de perder el tiempo en dibujar escenarios utópicos de una economía diversificada, a la vez que lamentarnos de nuestro "monocultivo económico", y veamos de una vez las bondades de nuestro policultivo turístico, único a nivel mundial, centrándonos en mejorar nuestra oferta y ser más competitivos.
- Triple sostenibilidad: La crisis ha puesto de manifiesto que la "sostenibilidad", de la que tanto se ha hablado, no sólo tiene una componente ecológica, sino también una social y otra económica. Antes de febrero el debate se centraba en cómo reducir los viajes en pro del medioambiente, mientras ahora estamos desesperados por reactivar los viajes en pro la sostenibilidad económica-social. Sólo contemplando a la vez las tres componentes avanzaremos.
- Modelo turístico inamovible: Nuestra dependencia del volumen de turistas es quizás la lección más dura para quienes sostenían el utópico eslogan de "mitad de turistas y doble de gasto turístico". Francisco López, CEO de Lopesan, lo explicaba así de claro: "No nos engañemos, el turismo vacacional como modelo de negocio se fundamenta en el volumen, en la eficiencia y en la sostenibilidad. No vamos a salir de esta crisis buscando a un nicho que por otra parte es minúsculo en términos de volumen". Así es, nuestra industria había alcanzado antes de la crisis un nivel de actividad y empleo dependiente del volumen, algo que no se puede cambiar de hoy para mañana. Nuestro modelo es el que es. Esto no quita que podamos mejorarlo y diversificarlo apuntando a nuevos segmentos de mayor poder adquisitivo y/o estancias más largas.
También hay otras cinco medidas que no debemos dejar de lado con vistas a un futuro cercano:
6. Reinventarse y crear nuevos conceptos
Es el momento de reinventarse, tanto a nivel alojativo, de ocio complementario como de productos turísticos de destino. Con la crisis han surgido nuevas necesidades del cliente, de las que aún conocemos la mayoría, y toca adaptar nuestra oferta a ellas rápidamente. El teletrabajo ha sido identificado como una de las bases para construir nuevos productos, pero se están viendo venir muchas más necesidades nuevas ligadas a diversos segmentos, como p.ej. los jóvenes, que podría ser un segmento objetivo de muchas campañas durante los próximos meses/años, donde se prevé que los mayores viajen menos.
7. Desmitificar y regular el alquiler vacacional
Últimamente hablamos en Canarias mucho de atraer a teletrabajadores, pero no de dónde van a alojarse. Si nos referimos a los «nómadas digitales puros», que se desplazan por largas estancias, el alquiler vacacional (AV) o alquiler por la LAU son las opciones más consideradas como fórmula alojativa (y, próximamente, los «hoteles híbridos»). Sin embargo, ¿está el AV regulado de manera clara y estable en nomad cities como Las Palmas? y ¿sería sostenible el impacto en el mercado del alquiler, en caso de atracción de un gran volumen de nómadas? Nótese que el AV ya registra de por sí un aumento de demanda en esta crisis, por su carácter más aislado comparado con alojamientos tradicionales.
Por otro lado, durante el confinamiento también pudimos ver cómo, dada la alta cuota de actividad clandestina, fue imposible cuantificar en el cierre del destino en marzo cuántos turistas quedaban en nuestros núcleos turísticos, al no figurar estos turistas en ninguna parte. Ya hace tiempo se hablaba del peligro en cuanto al posible albergue de criminales y/o terroristas, pero en esta crisis del Covid esto también puede suponer un grave riesgo sanitario, pues en caso de un posible contagio, la trazabilidad quedaría muy dificultada, ya que estos "turistas" no figuran en ninguna parte.
Por todo ello resulta evidente que esta modalidad alojativa, que podría experimentar otro "boom turístico" y que no deja de ser un producto alojativo interesante, precisa de una regulación definitiva y clara, pero con anterioridad sería necesario desvincularse de los falsos mitos que se han ido asociando al alquiler vacacional, como p.ej. el amigable lema de la economía compartida que acompaña los titulares de esta actividad o las supuestas bondades de los edificios completos reconvertidos a esta actividad (ver post paralelo: "10 falsos mitos del alquiler vacacional").
8. Ocio complementario y renovación de infraestructuras
El ocio complementario es uno de los aspectos que más carácter y diferenciación le dan a un destino. Realmente hace tiempo que dejó de ser "complementario", para estar en primera plana de la experiencia turística junto con los alojamientos. Más que nunca es necesario innovar en la oferta, considerando también los segmentos que a corto plazo van a viajar más, como son los jóvenes, por ejemplo con atractivas ofertas de ocio nocturno. Muy vinculadas a ello están las infraestructuras turísticas, pues para segmentos como el de los mayores, nuestro principal cliente en invierno, éstas suponen el mayor factor de ocio (avenidas para pasear, bancos, ascensores públicos a la playa, etc.). A pesar de la crisis económica y social, es momento de invertir más que nunca en infraestructuras turísticas; es una inversión en futura competitividad turística.
9. Formación profesional dual
Tampoco podemos dejar de lado la necesaria remodelación de la FP pública hacia un modelo dual para hacer más competitivos a nuestros jóvenes en el mercado laboral. Ahora sería el momento para impulsar más la formación dual, por ejemplo según el modelo de FEDA Tenerife, donde el proyecto apoyado por el Cabildo de Tenerife está teniendo buenos resultados (ver post de este blog: "La necesidad de más dualidad en la FP canaria").
10. Prepararse para los cambios
Esta semana un experto de turismo de salud austriaco me comentaba que ha observado que en Alemania y Austria la tendencia al alza desde algunos años de pasar más tiempo en la naturaleza durante las vacaciones ha aumentado exponencialmente con esta crisis. "Nunca nos imaginamos que haríamos tantas actividades al aire libre, incluso con lluvia, como este verano; y esta es una tendencia que viene para quedarse", me decía (ver post de este blog sobre esta tendencia de "más naturaleza"). Efectivamente, es muy posible que la crisis cambie ciertos comportamientos y demandas de los turistas de forma permanente. Nos toca estudiarlos, anticiparlos y adaptarnos a ellos.
Por tanto, ¿cuál es la estrategia a seguir? ¿La "táctica del oso" (hibernar hasta marzo)? ¿La "táctica del avestruz" (meter la cabeza bajo tierra hasta que todo pase)? No, ninguna de ellas. En mi opinión, la correcta es la "táctica del camaleón" (adaptarnos rápidamente al entorno y las circunstancias). Y para ello hay que estar muy atentos a los cambios que vienen. Si como hoteleros hemos tenido que cerrar el hotel, al menos conviene mantener activo al "equipo creativo" para ir diseñando y planificando los cambios que haya que hacer en el producto. Si como trabajadores nos hemos quedado en el paro (o ERTE) aprovechemos para formarnos, sea en idiomas, en conocimientos técnicos relacionados con nuestra profesión o en novedades tecnológicas, que el nuevo arranque turístico puede venir antes de lo esperado.
*Artículo publicado originalmente en el blog de Antonio Garzón, sitio web del autor, que es fundador y gerente de Nutrihotel (nutrihotel.com).