Mientras el ártico se derrite, en temporada estival en España, se producen diariamente entre 6 y 7 millones de kilos de hielo (100 millones de cubitos). El país es el primero de Europa en consumo y producción de hielo y la industria genera un impacto de unos 500 millones de euros al año.  Solo en territorio nacional hay 400 fabricantes y la demanda es tal que de mayo a septiembre las fábricas trabajan 24 horas al día, los 7 días de la semana. 

Frederic Tudor

El visionario de la industia fue Frederic Tudor, un norteamericano nacido en 1783 en Boston que comenzó a estudiar la posibilidad de vender bebidas frescas en el Caribe. Invirtió todos sus ahorros en la compra de un barco propio para transportar bloques de hielo a la isla de la Martinica, donde tenía pensado alcanzar el monopolio de las bebidas refrescantes. 

En 1806 llegó a la isla con 80 toneladas de hielo, pero la operación fracasó porque nadie quería estropear sus bebidas con las piedritas heladas que Tudor ofrecía. En 1820 utilizando técnicas de marketing y degustaciones gratis comenzó a convencer a los empresarios. A partir de entonces, no solo comenzó a tener éxito en el Caribe, sino en toda Europa y en la India, asentando las bases de un importante negocio, hoy en día, imprescindible en países como España. 

Coctel con hielo

Cuanto más calor...

El consumo de hielo en nuestro país está supeditado a la meteorología. En 2015 debido a la ola de calor, solo en julio se consumieron 1.000 millones de cubitos y las fábricas no dieron a basto para atender la demanda. En agosto de 2014, por el contrario, las empresas tuvieron que parar la producción porque sobraba.

En el sector turístico la mayoría de los hoteles disponen de maquinaria propia para producir el producto en diferentes formas y para distintos fines. En los bares de los alojamientos se pueden llegar a servir tres tipos de hielo según la bebida pedida por los usuarios: hielo en esfera, cubitos de hielo o hielo picado. Al día, en un restaurante de un hotel pueden consumirse entre 25-40 kilos. 

A los hoteles que no disponen de la tecnología y recurren a los distribuidores de las fábricas de cada región les llegan partidas de 20/30 sacos de 100 bolsitas cada uno, una o dos veces a la semana según la demanda, explican desde la empresa gaditana Procubitos. 

Las temperaturas cálidas de las diversas zonas turísticas de 'sol y playa' de nuestro país convierten en imprescindible el producto para los turistas que acuden a los bares y restaurantes de los hoteles para consumir algún tipo de bebida. Además, la táctica de "más hielo y menos bebida" utilizada por muchos garantiza el éxito de su distribución. El alcohol es mucho más caro que el agua congelada. Así se frotan las manos los fabricantes.