Palma contará con un proyecto piloto de calesas eléctricas”, ha declarado Lucía Muñoz, diputada de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados. Esta noticia llega tras una oleada de prohibiciones de carruajes con animales en diversas ciudades a nivel internacional, entre ellas la propia Palma (Mallorca). El partido morado quiere que la capital mallorquina se convierta en 2024 en la primera ciudad de España donde se imposibilite el uso de calesas de tracción animal con fines turísticos, reemplazando dichos vehículos por modelos eléctricos. 

"Las altas temperaturas, tal y como se ha vuelto a evidenciar este verano, suponen un gran riesgo para el bienestar de los animales que tiran de ellas”, ha explicado Sergio García, Director General de Derechos de los Animales. García ha añadido que desde su departamento están trabajando por conseguir la homologación de los vehículos eléctricos, para que puedan realizar las funciones que tradicionalmente realizaban los carros tirados por animales.
 

Carruajes

Calesas eléctricas | Foto: 'Triciclo Eléctrico' 

Muñoz, por su parte, apuntó que “los próximos Presupuestos Generales del Estado incluirán una partida presupuestaria para hacer efectiva la transición hacia las calesas eléctricas en Palma". Apunta el medio Diario de Mallorca que el capital que dispondrá esta iniciativa será de 70.000 euros, pudiendo ser aún mayor en base al desarrollo de las negociaciones previas a su aprobación definitiva. Este dinero se destinaría a la compra de varios vehículos eléctricos, aún sin determinar. A pesar de no existir un gran número de empresas que comercialicen este tipo de carruajes, la empresa española 'Triciclo Eléctrico' vende al público general diferentes modelos, que van desde los 15.000 a los 20.000 euros. El Ejecutivo de Mallorca prevé que en marzo de 2023 ya haya calesas eléctricas circulando por Palma. 

Barcelona, el primer paso para la prohibición


Las calesas que habitualmente transportaban a turistas dejaron de realizar paseos turísticos por las calles de Barcelona desde junio de 2018. La muerte de un caballo motivó el inicio de varias protestas animalistas, que acabaron provocando la respuesta del Gobierno local, que no renovó la última concesión vigente de permisos a los cocheros. A pesar de que la capital condal no dispone ya de paseos turísticos, el Ayuntamiento no promovió ninguna normativa concreta sobre el uso turístico de los carruajes, además de permitir el uso de calesas de tracción animal en festividades como 'Sant Medir' o 'Tres Tombs'.