Ya es una realidad, Donald Trump es el nuevo presidente de Estados Unidos y en este cargo cada paso que dé va a ser observado por medio mundo. Los viajes del principal mandatario del país norteamericano son cubiertos sobremanera por los medios de comunicación y suponen un gran impulso para el turismo del país receptor. Así que ahora toca preguntarse: ¿a qué país viajará primero?

Hasta entrado el siglo XX, los estadounidenses no veían con buenos ojos que su presidente visitase palacios o se mezclase con la realeza, y por eso los viajes se hacían sólo dentro del país. No obstante, el primer paso lo dio Theodore Roosevelt que se trasladó a Panamá para comprobar los avances en la construcción del Canal, desencadenando una fiebre viajera que se ha intensificado con el paso de los años y con los avances en los medios de transporte. Gran parte de este incremento en los viajes se debe a la implementación del indicativo Air Force One en 1953, bajo el mandato de Dwight D. Eisenhower, el primer presidente estadounidense en poseer una licencia de piloto. De hecho, aunque existen dos aeronaves configuradas específicamente para el traslado del presidente, la Air Force One es siempre cualquier avión, independientemente de estos dos, en el que viaje el mandatario americano.

Así desde 1906, los inquilinos de la Casa Blanca se han convertido en los más viajeros del planeta, realizando múltiples viajes oficiales alrededor del mundo para mantener su influencia y fortalecer los vínculos con el resto de naciones. Durante estos 120 años han acumulado un total de 310 viajes internacionales a 94 destinos diferentes que abarcan el 80% de la población mundial.

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Los más visitados

 

El país europeo favorito de los presidentes de EE.UU. es Francia, que acumula un total de 38 visitas oficiales. Le siguen de cerca Alemania (35), Reino Unido (32), Italia (29) y Bélgica (16). Por su parte, España sólo cuenta con diez visitas oficiales en su haber, sin embargo, obtuvo una gran repercusión mediática cuando en 2010 la familia del presidente Obama escogió Marbella y Palma de Mallorca para pasar sus vacaciones. Una estancia que justamente fue duramente criticada por el que será su sucesor, Donald Trump por haber tenido un coste cercano al medio millón de dólares.

The Obama's Spain vacation cost taxpayers over $476K http://t.co/W6kIpd5x They love to spend money.

— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 27 de abril de 2012

 

El turno de Trump

 

Ahora le llega el turno a Trump y muchos se preguntan cuál será el primer país que visite. ¿Habrá algún país que rechace la visita del líder estadounidense por rechazo a sus políticas pese a la repercusión mediática y la promoción turística que conlleva? ¿O, una vez designado como presidente, acogerán a Trump como representante del pueblo soberano de EE.UU.?

Canadá, México y el Caribe son los destinos favoritos de los turistas estadounidenses y entre ellos se podría encontrar el receptor del primer viaje de Trump. Canadá, pese a haberse convertido "el día después" en un punto de fuga para los contrarios al magnate, las relaciones entre ambas naciones son muy estrechas. De hecho, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, felicitó al ganador mediante un comunicado, asegurando que Canadá no tiene un "amigo, socio y aliado" tan cercano como Estados Unidos. Por el contrario, los insultos repetidos del candidato republicano hacia México hacen inverosímil un primer viaje oficial a México, aunque si en algo es especialista Donald Trump es en su capacidad para la sorpresa. Otro tanto se podría decir de otras opciones como Cuba, debido a sus opiniones contrarias a la cooperación entre ambos países. Por el momento, desde la isla ya se han anunciado unas maniobras militares que suenan a mensaje internacional.

Pese a las tímidas muestras de disconformidad de los líderes europeos respecto a las polémicas declaraciones vertidas durante la campaña, los dirigentes del Viejo Continente son conscientes de la necesidad de mantener una relación cordial con Estados Unidos. Ello ha llevado a que la mayoría de ellos hayan felicitado a Trump por su victoria, entre ellos Mariano Rajoy. Y no deja de ser irónico que posiblemente el país que más posibilidades tenga de recibirle es el menos europeísta de todos: Reino Unido. El líder ya apoyó el Brexit asegurando que "los británicos están mejor sin la UE", ahora podría dar un nuevo impulso al proceso de separación con Europa.

En este listado de países que podrían recibir la primera visita de Trump como presidente no se debe ignorar a Japón, aliado histórico desde el desenlace de la Segunda Guerra Mundial; y la hipotética visita a Rusia, presidida por su "amigo" Vladimir Putin. Esta última rompería los esquemas de la mayoría, pero no debería descartarse a la ligera. Sólo el tiempo confirmará o descartará estos pronósticos; por ahora, hagan sus apuestas.