CLIA asegura que la ecotasa a cruceristas perjudica a Baleares

La invasión de cruceristas ha llevado a las autoridades mallorquinas a tomar medidas contra la superpoblación y la contaminación que este turismo puede provocar en la isla, sobre todo teniendo en cuenta que el Harmony of the Seas, el crucero más grande del mundo, llegará varias veces durante el verano al puerto malloquín. Biel Barceló, consejero de turismo balear, ha pedido a las compañías de cruceros que lleguen a un acuerdo para evitar que atraquen más de cuatro barcos a la vez en el puerto de Palma. A pesar de los ingresos que genera esta actividad, Barceló cree importante proteger el descanso y la convivencia de los ciudadanos de Mallorca. Las organizaciones ecologistas advierten, además, de la contaminación que estos navíos provocan y niegan el beneficio económico para la ciudad, alegando que los turistas gastan más dentro del buque que en las visitas en tierra. Salvar la Serre de Tramuntana ha iniciado una campaña en Facebook para alertar sobre los riesgos que supone este turismo masivo

La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros se ha sumado al malestar de los hoteleros baleares por la entrada en vigor, desde el 1 de enero, de la ecotasa, según ha informado el diario de Mallorca.

El impuesto (dos euros por pasajero y día de estancia) afecta de forma directa a los cruceristas que ya no estarán exentos de abonar la tasa durante las 12 primeras horas en el Archipiélago.

La asociación afirma que este panorama impositivo “aleja peligrosamente a Baleares de cualquier destino competidor y más aún cuando países como Turquía, Túnez o Egipto vuelven al mercado, superados los problemas geopolíticos en el Mediterráneo Oriental”, y agrega que Baleares y Cataluña son los “únicos destinos europeos” que aplican un gravamen sobre estancias a los turistas que llegan a bordo de los cruceros. En el resto de Europa “nos consideran un medio de transporte y no un alojamiento”, subrayan.

Las compañías de cruceros plantean, además, que “la estancia de las embarcaciones de cruceros atracadas en los puertos del archipiélago ya es objeto de las tasas portuarias y de pasajeros por parte de la administración del Estado”. En cuanto al impuesto de 50 céntimos por crucerista en las escalas en temporada baja, desde esta asociación aseguran que “supone un enorme desincentivo” para los barcos que buscan desestacionalizar la oferta operando en las islas todo el año.

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