Tras más de 40 años de profesión en España, los DJ han conseguido que el Estado los reconozca como artistas, equiparándolos a bailarines, músicos, cantantes o monologuistas. Tras aprobarse el nuevo convenio colectivo del sector, publicado en el BOE del pasado 24 de marzo, se ha elevado su categoría profesional al Grupo I —“personal de espectáculos”—, cuando hasta ahora eran considerados “personal de sala” —Grupo II—.
Esta modificación en el convenio colectivo estatal del personal de salas de fiesta, baile, discotecas, locales de ocio y espectáculos permitirá a los pinchadiscos disfrutar de nuevas garantías y condiciones laborales, como poder acogerse a ayudas estatales durante una crisis especialmente grave como la sufrida recientemente con el covid.
A partir de ahora se acaba con la jornada parcial y cada sesión o DJ set se computará como una jornada completa; además, se elimina la diferenciación entre DJ residente e invitado —que penalizaba a los residentes por considerarlos “personal de sala”— e incluye otros aspectos como el pago por desplazamientos por parte de la empresa, la compatibilización de la actividad con la jubilación o el establecimiento de un salario base anual de 27.758,31 euros —113,48 euros al día—.
Una figura muy turística
El DJ siempre ha sido una figura muy recurrente a la hora de amenizar establecimientos de ocio, hoteles o cruceros. Destinos como Ibiza han basado su oferta en la atracción que genera asistir a grandes discotecas o salas de fiesta repletas de personas bailando al son de los ritmos frenéticos y compases sincopados que mezcla un pinchadiscos de alto nivel. Asimismo, recientemente ha salido a la luz un nuevo tipo de oferta turístico-festiva a bordo de un tren en Alemania, con música ininterrumpida durante siete horas mientras recorre el estado de Baviera.